domingo 11 de marzo de 2018
Hoy, domingo 11 de marzo, nos dirigimos al Santuario de Arantzazu con la intención de ascender a Gorostiagan y Enaitz así como, si procede, extender la excursión hasta Artzanburu. Sin embargo, las fuertes rachas de viento que ya nos encontramos en Arantzazu nos hacen reparar en que quizá el objetivo sea demasiado ambicioso. De todas formas vamos a intentar aunque sea hacer las dos primeras cimas, ya que el Artzanburu pilla bastante más lejos y por experiencia sabemos que es una cima especialmente venteada. Así que nos preparamos y salimos desde el Santuario con las campas de Urbia y la fonda como primer destino.
Ascendemos por cómoda pista entre hayas desnudas. Este paisaje tiene su encanto en todas las épocas del año.
Así vamos dejando abajo el valle.
Y llegamos a Urbia, donde aún queda algún nevero que los más txikis no dudarán en disfrutar.
A nuestra izquierda vemos las dos cimas: a la derecha Gorostiagan y a su izquierda Enaitz.
Debido al fuerte viento y al frío, algunos deciden quedarse en la fonda mientras el resto asciende hacia la primera cumbre.
Las ráfagas son muy fuertes y más de uno acaba por el suelo. Por ello vemos imposible atacar la cima por la cresta, así que, aunque estamos a punto de tirar la toalla, encontramos la posibilidad de ascender por la derecha de la peña, más al resguardo del viento.
Y llegamos al Gorostiagan, con su buzón en forma de seta.
Hecha la primera cima y manteniendo el equilibrio por el fuente viento, parte del grupo decide darse la vuelta . Tan sólo unos pocos tiramos hacia Enaitz. Para ello bajamos hacia un collado por la ladera más resguardada y en poco tiempo coronamos la segunda cima del día.
Las vistas desde esta montaña son espectaculares, con la sierra de Aitzgorri a la izquierda, Aratz al fondo, Zabalaitz a la derecha… Una pena el viento, que nos impide quedarnos por más tiempo en la cumbre. Aquí tenemos dos preciosas vistas desde el buzón:
Y llega el momento de retornar a la fonda. Lo hacemos por la ladera, al resguardo del viento y siguiendo los caminos de ganado abundantes en la zona. Una vez en ella, nos reagrupamos, comemos y emprendemos el camino de vuelta.