Rutas por mes

DOMINGO, 22 DE ABRIL DE 2012

Cima del Belleku

DATOS DE LA RUTA

ACCESO: Desde el pueblo de Andoin (Araba)
DESNIVEL: 515m
DIFICULTAD: Fácil

El Belleku forma parte, junto con el Bigate, el Mirutegi, el Ballo y otros montes, de la sierra de Entzia, la cual es la continuación occidental de la sierra de Urbasa.
Entre los animales que pueblan estos bosques podemos encontrar el azor, el gato montés y la garduña, junto con los rebaños de oveja latxa y vacas. Los frutos de los hayucos alimentan a los jabalíes, mientras los charcos y humedales surten al tritón alpino y la rana ágil.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:

Inicio del camino

Dejamos los coches aparcados en una calle que surge a la derecha de la rotonda del pueblo, por la parte de abajo de la iglesia y junto al río.
Después de prepararnos, nos dirigimos hacía la plaza del pueblo y cogemos una camino que surge por la derecha entre una casa y un pajar. Dirección sur.
Vamos caminando paralelos al río que desfila ruidoso por nuestra derecha. Es mucho el caudal que trae debido a las intensas lluvias de los días pasados.
A unos 50 m encontramos un portillo que cruzamos e inmediatamente surge una bifurcación por la derecha marcada con hitos. Nosotros dejamos, de momento, esta opción y cogemos el vial de la izquierda, guiándonos por un GPS, para continuar paralelos al río. Nuestra intención es visitar las cascadas de Tobería.

Río

Poco después cruzamos el río, atravesamos una valla y seguimos caminando. Enseguida nos volvemos a encontrar con las aguas que bajan del monte rugiendo y desafiando a todo aquel que se atreva a cruzarlo. Y digo «desafiando» porque aquí nos tenemos que quedar. Es tal la cantidad de agua que baja que nos resulta imposible cruzarlo para seguir nuestro camino.

Después de un poco de juego en sus aguas, volvemos sobre nuestros pasos cogiendo la primera senda que surge a nuestra izquierda, la cual nos sube al monte Belleku.
Seguimos subiendo hasta toparnos con el  antiguo camino que subía al puerto de Andoin. Giramos a la izquierda, dirección sureste, y enseguida nos encontramos con la fuente Giliturri a nuestra derecha. El camino está reparado y se asemeja a una calzada romana, por lo que nuestras botas dejan de pisar el barro acumulado de días anteriores.

¿Calzada?

Poco después, tras hacer el hamaiketako, llegamos a la cima del puerto. Podemos ver un cartel desgastado que nos indica la cima del mismo. Según subimos, a la izquierda hay un camino amplio que se dirige hacia el monte Bigate y a la derecha un cartel indicativo  que marca Urbasa a la izquierda y Erroitegi y San Vicente de Arana a la derecha.
Esta última es la dirección que cogemos y, tras subir una pequeña loma, llegamos a un camino que nos conduce a  dos cabañas de pastores. La primera está cerrada pero la segunda no, así que este será el lugar idóneo para dar rienda suelta  a nuestro apetito más adelante. De momento no vamos a comer ya que tenemos que buscar la cima del Belleku y su buzón.
Seguimos por la derecha de la cabaña, ascendiendo entre unos árboles bajos, y pocos metros después llegamos a la cumbre. ¿Cumbre? No estamos seguros de que sea el Belleku: no hay buzón, ningún vértice geodésico ni ninguna señal que nos indique que esta es la cima.
Damos vueltas, divisamos las cimas de los cercanos Ballo y Mirutegi y las lejanas del Aratz y Aizkorri (que aún tienen nieve), pero seguimos sin encontrar ningún indicio que nos haga salir de nuestra duda. Un poco defraudados y, como es hora de comer, decidimos “bautizar” ese montículo como Belleku y hacernos la foto de rigor.

Jugando

Bajamos a la cabaña y, al calor de una buena hoguera, comemos nuestros bocadillos y postres.
Ya de vuelta, por el mismo camino, los niños aprovechan para hacer esquí sobre barro y jugar con los diferentes riachuelos eventuales. Prueba de ello, toda la ropa llena de lodo.

Más juego

Cuando llegamos al pueblo hablamos con los lugareños y, tras mostrarles la cima en la que habíamos estado, nos dicen que la que nosotros hemos coronado era la cumbre del Belleku y que, efectivamente, no tiene buzón. Nos alegramos de que así sea.
Una bonita ruta y un día bastante agradable. Poco frío y casi no nos ha llovido. La pena es que no hayamos podido disfrutar de las vistas de las cascadas.
Ya volveremos.

Con el barro a cuestas

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