domingo 1 de octubre de 2017
Hoy nos dirigimos a la Rioja alavesa para ascender a una de sus más emblemáticas cumbres: el Toloño. Parece que el tiempo nos va a acompañar y así será con la salvedad de la tenue niebla cimera que nos acompañará al final de la ascensión. Así las cosas, nos hemos reunido unos cuantos que, llegados al área recreativa de San Ginés, a dos kilómetros de Labastida, emprendemos el camino de subida. Tomamos nada más comenzar el camino de la derecha, que al poco se bifurca tras pasar un depósito de aguas. En una bifurcación tomamos por la izquierda y, a partir de aquí, vamos atajando por sendero marcado.
Llegamos a una trifurcación presidida por una gran roca.
El camino de ascenso nos sorprende con curiosas formaciones rocosas.
Abajo dejamos la tierra de viñedos de camino al humilladero o, mejor dicho, lo que queda de él, con espléndidas vistas del valle.
De aquí tomamos a la izquierda para llegar hasta las ruinas del Santuario de Nª Sª de Toloño. Ya sólo queda avanzar hacia unas rocas con marcas verdes tras las cuales sale un sendero que, en pocos minutos, nos situará en la cumbre principal de Toloño.
Así llegamos a la cumbre de Toloño, con su característico buzón en forma de cruz.
El Toloño hace de muga climática. Al norte vemos los característicos hayedos que suplen a la vegetación mediterránea que nos ha acompañado en la subida.
Y aquí vemos el tercer buzón del Toloño. Al fondo se divisa el vértice geodésico que podríamos considerar como otra de las cimas del Toloño. En total son cuatro: la Peña del Castillo, Peña las Doce (en ella encontraríamos un buzón donde también pone “Toloño”) y las dos cimas de hoy. Según la Federación, la de los tres buzones es la principal, aunque para gustos están los colores.
Y, tras comer junto al Santuario, en una especie de refugio al abrigo de las corrientes de aire, emprendemos el camino de regreso.