DOMINGO 21 DE ENERO DE 2018
Con sus 451 metros de altura, el monte Serantes es un recuerdo del pasado gracias las torres de observación y baterías que aún pueblan sus “descansillos”, y a la vez es un estupendo mirador natural de Bizkaia. Nos pone a tiro de piedra las dos márgenes de la Ría, Bilbao y la Zona Minera. La escasa -pero constante- hora de ascensión por sus laderas despejadas de arbolado hacen de la “pirámide” de Santurtzi un espacio apto para casi todos.
Se inicia el recorrido en la plaza Virgen del Mar, situada en el barrio santurtziarra de Mamariga, punto de encuentro de hoy.
La senda conduce en pocos metros hasta una pista cementada. Se gira la izquierda y se coge poco después el primer desvío a la derecha. A partir de aquí el ascenso al Serantes discurre en su mayor parte por una ancha pista cementada que no ofrece pérdida alguna.
Mientras tanto, se va disfrutando por el camino de unas inmejorables vistas al superpuerto de Bilbao y a la bahía del Abra. Y es que el Serantes si algo tiene de especial es precisamente el hecho de ser una magnífica atalaya desde la que se domina la desembocadura de la ría. Por este motivo su cumbre y sus laderas están salpicadas de edificaciones de carácter militar, antiguos restos de un pasado que da fe de la importancia histórica que tuvo este lugar como punto de observación privilegiada en la defensa de la entrada de la ría.
El conocido como “Polvorín de El Mazo”, antiguo almacén de municiones y armamentos situado a 245 m de altitud, es el primer resto militar que nos encontramos a nuestro paso. Más arriba, a 324 m sobre el nivel del mar, se levanta el “Fuerte”, nombre con el que se le conoce a un fortín de planta hexagonal que llegó a ocupar una superficie de 6.800 metros cuadrados y que hoy en día se encuentra en estado de ruina.
Y, ya en la cima, está la construcción militar más antigua de la zona: el “Torreón”, levantado en 1868.
Faltan unos 150 metros de fuerte pendiente. En la cumbre del Serantes, aparte de los restos del “Torreón”, se encuentran dos fuentes, un vértice geodésico, una mesa de orientación, una antigua torre de vigilancia, dos buzones montañeros y una enorme torre de telecomunicaciones.
Tras realizar la foto de grupo pertinente, parte del grupo comienza el descenso y otra parte continua la marcha hacia el pueblo pesquero de Zierbana. Para ello se continua por el cordal cimero, dirección noroeste, siguiendo una senda herbosa. Se pasa junto a una cueva y una profundísima sima hasta llegar a un sendero que desciende bruscamente dirección Zierbana. Un sendero muy resbaladizo, pero con ayuda de una valla verde a la izquierda el descenso es más fácil.
Ya en Zierbana tomamos un autobús para volver a casa finalmente.