Domingo, 7 de febrero de 2010

Buzón del Murube
Hora y lugar de encuentro: A las 9:45 en la gasolinera que está a la altura de Arrigorriaga, en la AP-68. Y a las 10:50 en Opakua (Araba).
DATOS DE LA RUTA:
Acceso: Alto del puerto de Opakua (1.020 m), en Araba. Para llegar allí en coche desde Bilbao hay que coger la AP-68 dirección Vitoria-Gasteiz, tomar posteriormente la salida 5 hacia la autovía de Altube y, a continuación, coger la A-1 dirección Pamplona/Iruña. Una vez en la A-1, es preciso desviarse para tomar la salida 379 (Agurain/Salvatierra Opakua) y continuar por la carretera A-2128 , la cual nos conducirá hasta el alto del puerto de Opakua.
Desnivel: 108 m.
Distancia: Unos 11 kilómetros (ida y vuelta).
Tiempo aproximado: 2 h 30´ (1h 20´ de ascensión).
Dificultad: Fácil.
Sencillo recorrido sin apenas desnivel que nos conducirá a la cima del Murube, situada en la cresta meridional de la sierra de Entzia, una altiplanicie formada por verdes campas y frondosos hayedos que constituye la continuación occidental de la navarra sierra de Urbasa.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Después de llegar en coche hasta el alto de Opakua, continuamos por la carretera 600 metros más y cogemos la primera desviación a la izquierda que nos encontramos, la cual nos adentra en una pista de tierra en cuyo inicio hay un gran cartel de madera que nos indica que la distancia hasta la la Parzonería de Entzia y de Iturrieta es de un kilómetro.
A aproximadamente 1´6 kilómetros desde el citado cruce se encuentra una pequeña explanada habilitada como aparcamiento, la cual constituye el punto de partida habitual para realizar esta ruta. No obstante, la pista estaba hasta tal punto cubierta de nieve en el día de hoy que consideramos mucho más prudente dejar los coches unos 300 metros después del inicio de la pista de tierra y continuar adelante a pie.

Caminando por la pista

Atravesando el paso canadiense
Por lo tanto, aparcamos los coches en un pequeño rellano que consideramos apropiado para ello y seguimos adelante por la pista, dirección sureste. Después de caminar un buen rato rodeados de un precioso paisaje semidesarbolado, atravesamos un paso canadiense y nos adentramos en el inmenso y magnífico hayedo que nos iba a acompañar a partir de ese momento durante toda la travesía.

Hayedo cubierto de nieve

Poste indicador del sendero que cogemos

Hito en medio del hayedo
Seguimos adelante por esta pista de tierra, que continúa en la misma dirección sureste, hasta que encontramos a nuestra izquierda un sendero marcado con un poste y un hito. Tomamos el citado sendero y, siguiendo los hitos que nos van internando en el bosque, llegamos sin ningún tipo de problemas a la cumbre del Murube, situada escasos metros después de una alambrada que es preciso cruzar.

En el buzón del Murube
Un curioso buzón con forma de ermita puesto allí por el club Alpinistas de Salvatierra el 20-07-1958 corona la cima de este precioso monte alavés. Dicho buzón se halla estratégicamente situado encima de una peña y, muy cerca de él, se encuentra un mugarri de color amarillo colocado por el club de montaña Manuel Iradier que nos recuerda que la cumbre del Murube se encuentra justamente en la frontera entre Álava y Navarra. Y, tras el buzón, una brusca caída hacia el valle nos regala unas impresionantes vistas desde la cima: la cercana cumbre el monte San Cristobal (1.145 m.) a nuestra derecha, los pueblos de Larraona y Kontrasta a nuestros pies y, al fondo, la preciosa sierra de Cantabria y el impresionante Parque Natural de Izki.

Buzón

Mugarri
Continuando por la cima dirección nordeste se accede, con la ayuda de unas escaleras metálicas, a la cumbre del Aizluze (1.063 m.) y, una vez allí, es posible también visitar la Cueva de los Cristianos. No obstante, se nos ha hecho un poco tarde, ya que el espesor de la nieve ha propiciado que nuestra marcha fuera más lenta de lo habitual. Por lo tanto, decidimos dar por terminada la excursión del día de hoy, comemos en la misma cumbre del Murube y descendemos a Opakua por el mismo camino por el que habíamos subido.

Comiendo

Descendiendo hacia Opakua
Hemos tenido el priveligio de disfrutar -como tantas otras veces- de una jornada tranquila y agradable, que habría sido perfecta si no se hubiera visto un tanto ensombrecida por el impacto que nos produjo el saber que dos de nuestros montañeros más queridos no habían podido reunirse con nosotros porque, cuando se dirigían por la autopista al punto de encuentro, un aparatoso accidente de tráfico se lo había impedido. Que sepáis (porque seguro que estáis leyendo estas líneas) que os hemos echado mucho de menos y que no nos bastó con escuchar al otro lado del teléfono vuestras tranquilizadoras voces desde la cumbre del Murube. Lo que de verdad hubiéramos deseado es que estuvierais allí con nosotros, compartiendo el precioso paisaje y la maravillosa compañía que contribuyó a rellenar un poco –pero sólo un poco– el gran vacío que dejó vuestra ausencia.

Perfil del Murube