Domingo, 23 de enero de 2011
DATOS DE LA RUTA:
ACCESO: barrio de Artaun, en Dima (Bizkaia), situado a 348 m de altitud. Para llegar a Artaun desde Bilbao debemos dirigirnos a Dima por la BI-2543 y, tras atravesar el pueblo, nos encontramos con una desviación señalizada a la izquierda, a la altura de la oficina de Información y Turismo. Tomamos el citado desvío, el cual nos sitúa en la BI-4546 y nos conduce en unos cuatro km al barrio de Artaun.
DESNIVEL POSITIVO: 557 m aproximadamente.
DISTANCIA: 7´7 km (ida y vuelta).
TIEMPO APROXIMADO: 2 h 15 min (1 h 30 min de ascensión).
DIFICULTAD: Media.
El Artaungan (nombre oficial de este monte vizcaíno también conocido con el nombre de Artaun) es una de las muchas cimas calizas que emergen altivas dentro del espectacular y abrupto macizo de Legarmendi o Aramotz, enclavado dentro de los límites del actual Parque Natural de Urkiola.
La ascensión a esta peña calcárea puede acometerse desde Oba, Mañaria o Artaun. Y es precisamente esta última localidad, perteneciente al ayuntamiento de Dima y punto habitual de acceso a numerosos montes del macizo de Legarmendi, la elegida por nosotros en esta ocasión.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Llegamos a Artaun con las mochilas cargadas de ilusión y, sobre todo, de equipaje… el que considerábamos imprescindible para hacer frente a las gélidas temperaturas que habían pronosticado los meteorólogos para el día de hoy. Al final no fue para tanto, pero más vale prevenir.
En el bonito y acogedor barrio de Artaun encontramos una explanada donde aparcar los coches y nos disponemos a acometer nuestra empresa del día con energías y buena compañía. Para ello nos acercamos a la pequeña iglesia de Artaun, junto a la cual se encuentra una fuente y un abrevadero. A la izquierda de la fuente tenemos un poste de señalización que nos indica varias direcciones. La que debemos tomar nosotros es la que conduce al Belatxikieta por la PR- BI 81.
Cogemos el camino indicado (NE) y, al pasar junto al último caserío de Artaun, el asfalto por el que caminábamos desaparece para dar paso a una pista de tierra que en pocos minutos nos conduce a un paso canadiense. Tras cruzarlo, la pista, ahora de cemento, describe un fuerte giro a la izquierda y comienza a ascender vertiginosamente entre plantaciones de pinos. Por el camino nos encontramos, bastante desperdigadas, algunas marcas amarillas y blancas.
Poco después (concretamente, a 1´2 km de Artaun), llegamos al cruce de Atxabarrena, donde nos encontramos con un nuevo poste indicador. La pista de tierra de la izquierda lleva al collado Mugarrikolanda (3´9 m) y al Leungana (5´1 km) por la PR-BI 82, mientras que el camino cementado de la derecha conduce al Belatxikieta (3´3 km) por la PR-BI 81. Nosotros seguimos por la pista de cemento de la derecha, que continúa ascendiendo sin tregua hasta alcanzar una amplia zona despejada: la majada de Basabil, situada a unos 584 m de altitud. Allí se encuentra, en muy buen estado, un refugio de piedra con un pequeño espacio provisto de mesa, sillas y una chimenea en su interior. Todo un lujo.
A partir de aquí el cemento desaparece para dar paso a una pista de tierra y grava que, tras pasar junto a unos castaños centenarios, describe un giro a la derecha y se adentra en un bosque de pinos.
Tras una corta pero empinada ascensión llegamos al depósito de agua de Ikuzkieta. Estamos a 2´4 km de Artaun. Allí nos encontramos con nuevos carteles indicadores: el camino de la izquierda conduce al collado Mugarrikolanda (2´7 km) por la PR-BI 82 y el de la derecha y a Amudia (1´7 km) y a Mugarrikolanda (3´9 km), pero por la PR-BI 82-1. Y, aunque no aparezca escrito en ninguno de los carteles que podemos hallar en este cruce, sabemos que cualquiera de estos dos caminos nos conducirían también al Artaungan: si cogiéramos el vial de la izquierda acometeríamos la subida al Artaungan por su cara norte, mientras que si optamos por el de la derecha lo ascenderíamos por su vertiente sur. Optamos por el camino de la derecha. ¿Por qué? Pues básicamente porque por el de la izquierda no hemos ido nunca y desconocemos el estado del terreno. Y cuando uno va con una tropa de niños es mejor improvisar lo menos posible.
Seguimos ascendiendo arropados por los árboles y vigilados de cerca por las moles rocosas que se alzan a ambos lados del camino y llegamos en poco tiempo a una zona desarbolada y despejada. Es una pena que la niebla, que difumina ligeramente el paisaje, no nos permita disfrutar de las impresionantes vistas que se divisan desde este lugar en días despejados.
La pista describe aquí una enorme curva, que algunos evitamos atajando por un camino, y se desvía hacia la izquierda, dirección suroeste. A partir de este momento el camino llanea ligeramente y, poco antes de que comience a descender dirección a Oba, detenemos nuestros pasos. Estamos en el collado de Asuntze (770 m) y a nuestra izquierda se alza desafiante el perfil rocoso del Artaungan. A partir de este momento ya no hay senderos evidentes ni marcas que guíen nuestros pasos, por lo que tenemos que estar atentos e intentar buscar un paso cómodo entre el lapiaz que nos encarame a la cima. Y se puede decir que nosotros tenemos suerte, porque conseguimos encontrar un sendero más o menos transitable y accesible.
Este ascenso final lo afrontamos partiendo de una vaguada donde nos encontramos con un pequeño abrevadero para el ganado. Allí nace una senda que nos va internando poco a poco en el karst por terreno no cómodo pero sí fácil de sortear.
Tras superar el repecho final, llegamos contentos y felices al buzón que corona la cumbre del Artaungan. Un buzón metálico colocado allí por el Grupo Alpino Edesa el 14 de mayo de 1988. Y tenemos, además, la suerte de que la niebla se haya disipado ya y la cumbre nos regale unas espectaculares vistas de todos los montes circundantes.
Ya es hora de regresar, que el hambre apremia y el estómago manda. Para ello tomamos un sendero que arranca del mismo buzón del Artaungan dirección noroeste. Es una buena opción para el descenso ya que, aunque es una ladera algo más empinada que por donde hemos subido, nos evitamos el lapiaz y podemos posar nuestras botas de monte en la hierba. Desembocamos así en la pista por la que habíamos subido y comenzamos a desandar lo andado hasta que llegamos al refugio situado en la majada de Basabil.
Una vez allí, encendemos la chimenea pero, como somos muchos y todos no cabemos dentro del refugio, preparamos unos asientos en el exterior que nos sirven, además, para disfrutar de unos pocos rayos de sol con los que nos sorprende el día de hoy. Después de comer, sesión intensiva de chistes por parte de los niños, que hoy están la mar de ocurrentes. Y de vuelta a Artaun, entre canciones y juegos.
RUTA Y PERFIL DE LA MARCHA REALIZADA:
(Para ampliar la imagen pincha sobre ella y, a continuación, vuelve a hacer click encima)