Rutas por mes

Domingo, 6 de marzo de 2011

DATOS DE LA RUTA:

Cima del Bachicabo

ACCESO: Barrio, localidad alavesa enclavada en la zona de Valdegovía, muy cerca del Parque Natural de Valderejo. Para llegar a Barrio hay que dirigirse al pueblo de Espejo por la A-2622 y tomar allí una carretera bien señalizada que nos deposita en Barrio después de haber recorrido unos 4 km y medio.

DESNIVEL POSITIVO: 510 m.

DISTANCIA: 6´83 km.

TIEMPO APROXIMADO: 2 h 10 min (1 h 15 min de ascensión).

DIFICULTAD: Fácil.

Bachicabo es una majestuosa peña caliza colgada sobre un profundo precipicio y rodeada de pinares que se alza en el extremo occidental de la sierra de Árcena, un territorio agreste y montañoso situado en la frontera entre Álava y Burgos.

Su ascensión se puede realizar desde Bachicabo (653 m), localidad que da nombre a esta montaña, o desde el pequeño, empinado y bonito pueblo alavés de Barrio (701 m), punto de partida de muchas rutas de montaña y senderismo. Y será precisamente esta tranquila aldea alavesa rodeada de riscos y pinares nuestro punto de partida para la excursión de hoy.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:

Dejamos los coches aparcados a la entrada de Barrio, junto a un rellano de la carretera situado enfrente de una antigua cantera. Muy cerca de él se encuentra la fuente El Judío, donde se pueden llenar las cantimploras. Desde este punto ya se divisa con total claridad la cruz blanca que corona la cruz del Bachicabo.

Con nuestras mochilas a cuestas y nuestras botas de monte, nos dirigimos al pueblo y, justo a la entrada del mismo, en el lugar donde está colocado el cartel, nos encontramos con una bifurcación. Seguimos por la calle de la izquierda, que asciende por una pista de cemento y nos deposita en la parte alta del pueblo, junto a la iglesia de Santa María.

Entrando en el pueblo

Iniciando la marcha

Continuamos por el camino de la izquierda y, de repente, el cemento desaparece para dar paso a una ancha pista de tierra. Unos metros después cruzamos una barrera metálica y vamos poco a poco dejando el pueblo atrás, en una ascensión suave pero constante, internándonos a medida que avanzan nuestros pasos en un frondoso bosque de pinos silvestres salpicados de acebo y boj. Llegamos a un paso canadiense y seguimos adelante. La nieve que cubre el camino va poco a poco haciéndose cada vez más abundante.

Dejamos atrás el pueblo

Paso canadiense

Portada metálica

Poco después el camino se bifurca en tres. Tomamos el ramal central, bien señalizado con un hito y una mancha de pintura naranja en la corteza de un árbol. En este momento, pues, abandonamos la sombreada pista por la que caminamos para internarnos en este otro camino,  el cual se va estrechando cada vez más hasta convertirse en un sendero y después en una estrecha y empinada senda que asciende vertiginosamente hasta depositarnos en otra ancha pista de tierra.

Torcemos a la izquierda y unos metros después nos encontramos en el portillo de la Hoz, a 990 m de altitud, una explanada herbosa rodeada un espeso matorral de boj y protegida por impresionantes murallas calizas que hoy se encuentra completamente cubierta de nieve.

En el portillo de la Hoz

En este momento tenemos la desgracia de encontrarnos con tres montañeros que bajan con un perro. Y digo desgracia porque se nos ocurrió preguntarles de dónde venían y nos dijeron que habían intentado subir al Bachicabo pero que habían acabado desistiendo porque el camino estaba impracticable. Así que nosotros, pensando que podría haber hielo o algún peligro para los niños, decidimos allí mismo que se quedaran todos en el portillo con un nutrido grupo de adultos, jugando con la nieve y disfrutando del día soleado que nos ha salido hoy. Mientras tanto, un número reducido de adultos intentaríamos ascender al Bachicabo, para ver si era cierto que el camino estaba tan mal como nos habían dicho.

Y no. Ciertamente no. Estrecho sí. Cubierto de nieve también. A ratos bastante cerrado a causa del brezo, efectivamente. Pero nada más. El único problema es que a medida que avanzábamos e íbamos abriéndonos paso entre la maleza, la nieve depositada en las ramas iba cayendo en trombas sobre nosotros y terminamos completamente calados. No obstante, pudimos comprobar, puesto que éramos los primeros que pasábamos por ahí después de la nevada, que los chicos que nos habían desinformado acerca de la dificultad del camino no habían avanzado más que unos metros desde el portillo de la Hoz, puesto que sus huellas en la nieve desaparecían enseguida.

Ascendiendo

En cualquier caso y dejando a un lado la opinión que me merecen las personas que dan su valoración sobre un camino que ni conocen ni han intentado subir, para ascender al Bachicabo desde el portillo de la Hoz hay que tomar un sendero a la derecha, dirección oeste, marcado con un hito, que se interna en un cerrado y tupido bosque de brezo y que de vez en cuando sale a terreno despejado para regalarnos unas espectaculares vistas sobre el alto valle del Ebro y los pueblo colindantes.

La rebuscada y sinuosa senda que conduce al Bachicabo desde el portillo de la Hoz es fácil de seguir: al principio está señalizada con algún hito disperso y alguna diseminada mancha de pintura amarilla, y después se encuentra jalonada de multitud de manchas rojas de pintura que nos van guiando sin pérdida alguna hasta la gran cruz que corona la cumbre del Bachicabo. A la derecha de esta cruz, un buzón; a la izquierda, un vértice geodésico; y a sus pies una placa en la que puede leerse “Peña Bachicabo 1.173 m Cruz de Barrio Espejo Taldea 21 de agosto de 1988”. Enfrente de la cruz un impresionante corte nos asoma al abismo y nos ofrece unas fabulosas vistas.

En la cima de Bachicabo

Desde aquí es posible seguir por todo el cordal y alcanzar las afiladas cimas de Mota (1.315 m), Canto Pero o Castro Mayuela (1.201 m) y Cueto (1.367 m). No obstante, nosotros decidimos volver sobre nuestros pasos y regresar al portillo de la Hoz, donde vemos desde la cumbre que nos está todavía esperando el resto del grupo. Después, todos juntos, descendemos de nuevo hasta Barrio, donde los más hambrientos comen sus bocadillos junto a los coches, mientras que la gran mayoría opta por esperar un poco y comer tranquilamente sentados en el albergue de Angosto, lugar donde nos encontramos alojados este primer fin de semana de marzo.

RUTA Y PERFIL DE LA MARCHA REALIZADA

Ruta y perfil de la marcha realizada

(Para ampliar la imagen pincha sobre ella y, a continuación, vuelve a hacer click encima)

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