DOMINGO, 22 DE MAYO 2011
DATOS DE LA RUTA:
ACCESO:Desde Pagomakurre, al cual se accede desde Areatza-Villaro (Bizkaia) tomando una pista asfaltada que se encuentra frente a la iglesia.
DESNIVEL: 465 m
DISTANCIA: 7,6 Km
TIEMPO APROXIMADO: 1 h 15 min de ascensión
DIFICULTAD: Fácil
El Lekanda es la cumbre más elevada del karst de Itxina, formando parte del macizo del Gorbeia. Está situado en la parte oriental del macizo de Itxina, dominando con un vértigo de 1.200 metros de desnivel el valle de Arratia.
El acceso a este monte no tiene dificultad, salvo en días de niebla o mal tiempo, ya que la última etapa del recorrido discurre por terreno kárstiko.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO
Comenzamos la ruta en el concurrido aparcamiento de Pagomakurre (870 m), una de las más conocidas puertas de acceso al parque natural del Gorbea y punto de salida de la ruta más habitual y cómoda para subir a este famoso monte. Sin embargo, hoy éste no es nuestro objetivo sino el altivo y rocoso Peña Lekanda (1302 m), vértice oriental del karst de Itxina y uno de los emblemas visuales del macizo del Gorbea.
Hoy el aparcamiento presenta un aspecto tristón: el cielo gris plomizo y un sirimiri pertinaz no invitan precisamente al paseo y al esparcimiento.
Una vez que nos hemos calzado las botas y hemos preparado nuestras mochilas, los pocos valientes que nos hemos presentado en esta lluviosa mañana de domingo comenzamos nuestra ascensión por la normalmente muy transitada pista que nos lleva a las incomparables campas de Arraba, que hoy se muestran bastante desiertas. Sin mayores contratiempos y sin poder admirar las fabulosas vistas que este camino nos ofrece y que tan bien conocemos, alcanzamos las campas de Arraba (1.075 m) y nos reagrupamos junto a un poste de señales que nos indica el camino hacia el Gorbea y hacia Gargaleku. Ninguno de los dos es nuestro destino y, por tanto, obviamos estas señales y dirigimos nuestros pasos en dirección NO, por donde intuimos que está el paso de Igaleratz (1.175 m), ya que con la niebla que hay, no tenemos ninguna referencia y nos movemos por pura intuición.
Afortunadamente, damos con el citado paso, que es una de las puertas de entrada al espectacular macizo de Itxina, y vamos siguiendo las marcas rojas y los hitos, que en un principio son poco abundantes y que más adelante se hacen más numerosos. En este fantástico paisaje de roca caliza y hayas, que hoy se encuentra envuelto en una espesa niebla, se hace difícil caminar por lo abrupto del terreno y porque la roca caliza que todo lo inunda está muy resbaladiza. Avanzamos lentamente buscando las marcas e intentando no perdernos en este laberinto. Durante nuestro periplo uno de nuestro compañeros descubre una víbora, al menos eso dicen los que parecen entender de serpientes. En cualquier caso, es una serpiente o culebra y, tras observarla con detenimiento, la apartamos cuidadosamente del camino y continuamos nuestra marcha.
Cuando ya estamos cerca de la cumbre (según el GPS que llevamos estamos tan solo a 500 m en línea recta), dejamos de ver marcas e hitos. Buscamos infructuosamente, y sólo encontramos unas marcas que nos llevan hacia abajo en dirección a Pagomakurre. Vista la situación, lo complicado del terreno, el pertinaz sirimiri, que no nos ha dejado en ningún momento, las protestas de lo críos y la certeza de que, aunque hagamos cumbre, no vamos a saborear la maravillosas vistas que nos ofrece, decidimos hacer un tentempié y volver sobre nuestros pasos, para dirigirnos al refugio de Arraba y comer allí resguardados de la lluvia.
Así lo hacemos, y tras una amena caminata por el karst de Itxina y luego por las cómodas campas de Arraba, siempre envueltos en la espesa niebla y bajo el incesante sirimiri, llegamos al refugio de Arraba, donde por fin podemos cerrar nuestros paraguas, quitarnos las chamarras, olvidarnos durante un rato de la lluvia y degustar las ricas viandas que llevamos en nuestras mochilas.
Una vez saciado nuestro apetito y nuestra sed, salimos del refugio y volvemos a los coches por el camino habitual envueltos en la niebla y bajo el sirimiri que no cesa.