Rutas por mes

DOMINGO, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2011

Buzón del Anboto

DATOS DE LA RUTA:

Acceso: Santuario de Urkiola

Desnivel:655 m.

Distancia: 8,6 kilómetros

Tiempo: 3h 10’ (1h 30’ de ascensión)

Dificultad:Media


El Anboto es la cumbre más alta situado en el parque Natural de Urkiola. Es, junto con el Gorbea y el Aizkorri, uno de los tres grandes del Pais Vasco y por él pasan miles de montañeros cada dos años haciendo la dura y famosa marcha “Hiru Haundiak”.

Este monte rocoso se encuentra situado en el parque Natural de Urkiola que, junto con su santuario, ofrece muchos recorridos y áreas recreativas para el disfrute de la gente.

Urkiola tiene una flora muy variada, predominando las hayas y los cipreses. Su fauna se compone, entre otros, de zorros, jabalíes y buitres leonados.

El suelo del parque está, en su gran mayoría, compuesto de rocas sedimentarias.

El recorrido hacia el Anboto, hasta el último tramo (a unos 900 m de la cima), no ofrece ninguna dificultad. Estos últimos 900 m suponen una fuerte pendiente rocosa y hacia el final, la piedra puede hacernos resbalar cuando está mojada.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:

 

Inicio del camino

Esta cima se puede coronar desde diversos puntos. Nosotros lo haremos por su cara sur, la más fácil y más concurrida. Para ello dejamos aparcados nuestros coches junto al Santuario de Urkiola, en los aparcamientos habilitados para ello.

Comenzamos a caminar por la pista de gravilla que sale de la parte trasera del Santuario. Cruzamos el paso canadiense y nos disponemos a sortear la primera cuesta que nos tiene preparada este monte. Durante el recorrido hacía las campas de Asuntze comentamos nuestras aventuras y desventuras recorridas durante el verano. Muchos nos nos vemos desde junio. Algunos han estado muy andarines porque, aunque no ha habido rutas programadas, sí han ido a los Pirineos a subir algún que otro monte.

Seguimos caminando bordeando el Urkiolamendi y contemplando los elegantes y altos cipreses Lawson que se encuentran a la derecha de la pista. El tiempo es el adecuado para la ascensión al Anboto, no llueve y hace poco calor.

 

Cresterio

Llegamos a las campas de Asuntze y nos dirigimos hacia la fuente Pol-Pol, de aguas ferruginosas. Esta fuente se encuentra a la derecha de la pista de gravilla que sube al collado de Pagozelai. Un trago de su agua y seguimos el camino hacia el collado por el sendero paralelo a la pista, la cual esta protegida a su izquierda por los montes de Kurutzeta y Elgoin.

Llegamos a un cruce de caminos, que nos indica que hacia la derecha se baja a Otxandio y, siguiendo el camino que traemos  llegaremos al collado Zabalandi, por la GR-12. Al llegar al collado, hacemos un tentempié, contemplando la mole caliza del Anboto que se encuentra encima de nosotros. Nos queda el tramo más dificultoso del recorrido. Unos 900 m.

Después del pequeño descanso, comenzamos a subir hacía el Anboto, por su cara sur, ascendiendo la pendiente rocosa que se encuentra entre el bosque de hayas. Seguimos las pocas y desgastadas marcas

Un descanso

Entre el bosque de hayas

blancas y rojas, guiándonos por los hitos que otros montañeros han ido colocando.

Poco a poco vamos ganando altura y la ascensión se hace un poco más dificultosa por el desnivel y la roca, pero tenemos tanto empeño en llegar a la cima que todo nos parece poco. (La última vez no pudimos hacer cima)

A pocos metros de la cumbre es necesario trepar en algunos momentos pero, sin desanimarnos y con calma, llegamos a la cima contentos.

El paisaje es inmejorable. Se ve la cima herbosa del Gorbeia, el Txindoki y la sierra de Cantabria con toda nitidez. Contemplamos el pantano de Villarreal y, al norte, el valle de Atxondo. Incluso podemos divisar un trocito del puerto de Santurce.

El cresterio del Anboto ofrece una visión que a cualquier montañero le enamoraría. Y sin ser montañero también.

En la cima, un buzón colocado por Oñatiarras en homenaje a la expedición vasca que, en 1980, coronaron el Everest.

Así pues, después de disfrutar de las vistas y hacernos la foto de rigor, volvemos sobre nuestros pasos para regresar al collado de Zabalaundi y reunirnos con una compañera que se ha quedado con su bebé. Junto a ellas nos comemos todo lo que llevamos en las mochilas, para más tarde regresar a los coches por el mismo camino hemos subido.

Algunos regresan al aparcamiento pasando antes por la cima del Urkiolamendi.

 

En la cima

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