Domingo, 25 de octubre de 2009
Hora y lugar de encuentro: 9:45 en la gasolinera de Arrigorriaga, situada en la A-68. O a las 10:20 en Letona (Araba).
DATOS DE LA RUTA:
Acceso: Letona (594 m), pequeña localidad alavesa perteneciente al municipio de Zigoitia.
Desnivel: 294 m.
Tiempo aproximado: 3 h (1h 40´de ascensión).
Dificultad: Fácil.
Interesante recorrido que permite recorrer las principales cumbres de la sierra Arrato, una modesta y quizás poco conocida sierra situada al noroeste de la Llanada Alavesa y próxima al macizo del Gorbeia. Entre las cimas que conforman su cresterío destaca el Armikelo (888 m), cumbre incluida en el Catálogo de Cimas de Euskal Herria puntuables para el Concurso de las Cien Montañas.
Descripción del recorrido realizado:
Dejamos aparcados los coches junto a la iglesia de Letona, desde la cual retrocedemos por la carretera que nos ha conducido a este pequeño pueblo alavés hasta llegar a la altura de un cartel que nos indica la dirección a Zaitegi y a Vitoria-Gasteiz. Justo allí nos desviamos a la izquierda por una pista en cuya entrada no hay indicación alguna. De hecho, las primeras marcas de GR no aparecerán hasta unos metros más adelante.
Poco después nos encontramos con una primera bifurcación y cogemos el camino de la derecha, que desciende ligeramente y pasa junto a unos huertos para posteriormente describir un giro a la izquierda. Continuamos por la pista sin desviarnos hasta llegar a una valla metálica de color negro que cruzamos. Seguimos adelante por la senda de hierba que se abre nada más cruzar la valla y que atraviesa un pequeño bosque de encinas.
Escasos metros después la pequeña senda herbosa por la que caminamos se transforma en una pista de gravilla más ancha que gira hacia la derecha y desemboca en un terreno despejado para posteriormente convertirse de nuevo en un estrecho sendero que zigzaguea entre árboles y finaliza en una pequeña loma herbosa. Desde allí se puede ver con total claridad la cumbre del Arratobe, hacia donde dirigimos nuestros pasos.
Llegamos al Arratobe (770 m), en cuya cima, coronada por un oxidado buzón, se encuentran las ruinas de la ermita de San Bitor/ San Víctor.
Descendemos del Arratobe dirección oeste siguiendo un camino marcado con mojones blancos que se inicia justo enfrente de las ruinas y que conduce al collado de Sanbitorlanda. Una vez allí, comenzamos de nuevo a ascender hacia la peña de Azkorreta (794 m), la cual carece de buzón. Poco después llegamos a la altura de un gran roble, donde un poste de madera con una placa metálica de color verde nos indica que continuando a la derecha se llega al Armikelo.
En este punto abandonamos, pues, el camino por el que discurría nuestra marcha para girar a la derecha. Nos adentramos así en otro pequeño bosque a través de un estrecho sendero que desemboca en un terreno despejado donde se abren dos caminos que conducen al mismo lugar. Es recomendable, no obstante, continuar por el camino de la derecha, marcado por un hito, ya que así evitaremos los cortados que se asoman al barranco de San Víctor, los cuales pueden llegar a entrañar un cierto peligro en días de lluvia o con niebla.
Seguimos adelante siguiendo el camino que discurre por el cordal, el cual, posteriormente, describe una curva de 180º a la izquierda y nos conduce a través de un terreno herboso y cómodo, conocido como La Llana, hasta la cumbre del Mojón de Arrato (886 m), con su característico crucifijo y buzón cimeros.
Paramos allí a comer y, antes de iniciar el retorno a Letona, dos de los nuestros se animan a ir al Armikelo, para lo cual descienden hasta el collado de Zarandona y ascienden de nuevo siguiendo una alambrada hasta alcanzar el buzón del Armikelo (888 m), la principal cumbre de la sierra de Arrato.
Regresamos a Letona por el mismo camino por el que habíamos venido con unos cuantos kilómetros de más en nuestras botas y unos cuantos fósiles en nuestras mochilas. Hemos salido de Bilbao con un fino sirimiri y una ligera niebla que no nos hacía tener grandes esperanzas. Pero, aunque Álava nos ha recibido con el cielo cubierto, la niebla se ha despejado completamente y no hemos visto caer ni una sola gota de lluvia en todo el trayecto. Hemos tenido, por tanto, una excelente oportunidad para contemplar y disfrutar de la belleza de los montes de Arrato y de su entorno, un lugar poco conocido por los vizcaínos pero no exento de interés. No en vano caminando a los pies del barranco que separa el Arratobe del Mojón de Arrato podías imaginarte por unos momentos que te encontrabas paseando por una especie de Sierra de Cantabria en miniatura. Una ruta sencilla y un lujo al alcance de cualquiera.