Domingo, 23 de octubre de 2011
ACCESO: Desde Villoslada de Cameros (La Rioja)
Un reducidísimo grupo de Menditxiki, aprovechando nuestra estancia en Soto en Cameros, decidimos ascender a la Mesa de Cebollera (2.163 m) y algún otro cercano dosmil si las condiciones climatológicas lo permiten.
Salimos de Soto en Cameros tempranito para poder estar de vuelta a una hora prudencial. Nos dirigimos a la ermita de la Virgen de Lomos de Orios (1.430 m), punto de inicio de nuestra ascensión. La mañana se presenta ventosa y no muy fría en los valles, donde luce el sol, sin embargo, cuando llegamos a la ermita, vemos que las cumbres de la sierra Cebollera se presentan cubiertas por nubes que se mueven a gran velocidad, presagio de fuertes vientos y bajas temperaturas en las cumbres.
Una vez preparadas nuestras mochilas, comenzamos nuestra ruta por una ancha pista que sale de la misma
ermita. Tras remontar durante un kilómetro y en una curva, cogemos un cortafuegos (ESE) que nace al fondo del valle. Sin perdida posible, lo remontamos a ritmo fuerte y constante, ganando altura rápidamente. Pronto y tras atravesar un pequeño bosque de pinos (hitos) alcanzamos el collado del Aspa (1.915 m), la temperatura todavía es buena y disfrutamos de unas hermosas vistas sobre el valle. Giramos a nuestra derecha por el cordal cimero (SSO) atravesando un zona rocosa (hitos) y pronto alcanzamos nuestra primera cumbre, Cueva Grande (2.081 m). Aquí las condiciones climatológicas cambian bruscamente. El espolón que acabamos de superar, para hollar la cumbre, nos protegía del fuerte viento del suroeste, manteniendo la ilusión de unas condiciones más benignas.
Tras parar para abrigarnos y protegernos del viento, continuamos ESE hacia el Gamella, envueltos en una niebla no muy espesa. A partir de aquí debemos guiarnos por los hitos y el sendero que se va difuminando. Afortunadamente, Javi lleva un GPS con la ruta marcada y esto además de ayudarnos, nos da una gran seguridad, ya que en este cordal, que más bien es una ancha meseta, es fácil perderse en estas condiciones. Pronto pasamos por la Gamella (2.102 m) segundo dos mil del día.
Tras esta cumbre y siguiendo la misma dirección, llegamos ahora sin sendero evidente pero sí con hitos, a otro espolón rocoso que superamos con facilidad. A partir de aquí, desaparecen lo hitos y ya solo nos guiamos por el GPS. Envueltos en la fina niebla y soportando un fortísimo, frío e incómodo viento aparece entre la niebla el vértice geodésico y el pequeño buzón de la Mesa de Cebollera (2.163 m), máxima altura de la sierra. Nos hacemos las fotos de rigor y buscamos un lugar al socaire para poder hacer el correspondiente tentempié.
Nuestra primera idea era continuar hasta el Pico Cebollera, que aun no siendo el monte más alto, sí es el más emblemático y hacer, de esta forma, una ruta circular. Sin embargo, dadas las condiciones climatológicas que nos impedirían disfrutar del paisaje que nos rodea, decidimos volver sobre nuestros pasos, siguiendo otra vez las indicaciones del GPS. Deshacemos el camino y al igual que a la ida, cuando descendemos el espolón rocoso del Cueva Grande, cesa el viento y sale el sol como por arte de magia. Descendemos por el cortafuegos y llegamos al coche contemplado el hermoso hayedo que nos muestra todo su esplendor otoñal.