DOMINGO, 5 DE MAYO DE 2014
Acceso: Val de Asón en el municipio de Arredondo, (Cantabria)
Dificultad: Fácil. No recomendable para la gente que no le guste la obscuridad o tenga miedos a lo “oculto”
Este domingo nos hemos ido a visitar las cuevas de El Escalón y Coventosa desde Arredondo.
Una excursión diferente a lo que solemos hacer pero igual de interesante.
Las cuevas El Escalón y Coventosa se encuentran en los interiores del monte Parrocolina. La primera es más pequeña que la segunda y se puede hacer por libre, aunque también se puede hacer contratando guía.
En todo caso, siempre que se haga por libre, hay que asumir los riesgos que conlleva el estar en la obscuridad y el desconocimiento del recorrido.
La cueva Coventosa, es de largo recorrido (35 km) y, parece ser que, se necesita más de un día para verla entera por lo que se necesita ir con gente especializada y que conozca la cueva.
Aparcamos en el alto de Ason junto a un cartel indicativo que nos muestra el comienzo del camino. Nos vamos aprovisionando para el recorrido por en el interior de la cueva. Es aconsejable llevar guantes de goma, pantalones de plástico, chubasquero, botas de agua o de monte, una cuerda, casco, frontales y otra linterna de mano potente para poder ver todas las maravillas que nos ofrece la cueva. Estalactitas, estalagmitas y figuras que ha creado el agua a lo largo de millones de año.
Así pues, tras equiparnos, comenzamos a caminar hacía la cueva por una pista de cemento que pronto se convertirá en una senda que discurre por el lateral derecho del monte Parracolina.
Cuando la senda parece terminarse, aparece “escondida” otra a mano izquierda que comienza a ascender hasta la boca de la cueva. (Hay que ir con “ojo avizor” porque puede que se pase de largo esta senda).
Llegados a la cueva, nos colocamos los frontales y comenzamos la aventura.
Pronto nos quedamos sin luz del día y nuestras linternas empiezan a hacer su función. Caminamos despacio y con cuidado porque el suelo está húmedo y nos podemos caer.
Después de una hora de recorrido, admirando las bellezas que nos ofrece el interior de la cueva, llegamos al lago. De aquí no se puede pasar, igual en verano sí, pero ahora no.
Apagamos las linternas y nos quedamos totalmente en silencio para sentir la magia que nos ofrece la obscuridad. Conseguimos agudizar el oído y sentimos como las gotas de agua van cayendo en diferentes lugares. Es algo realmente sorprendente. Llegamos a oír nuestro propio silencio y el de la cueva.
Un ratito de descanso e iniciamos la vuelta.
Cuando salimos a la superficie admiramos el valle de Asón y sus cimas rocosas. Es un paisaje realmente bonito.
Nos dirigimos hacia los coches pero antes, vamos hacer una pequeña parada en la cueva Coventosa y adentrarnos solo en unos metros en sus entrañas.
La entrada de esta cueva está cerca de la otra y solo tenemos que desandar unos pocos metros para encontrarnos con su entrada a mano derecha.
Alguno no quiere entrar y por eso se queda esperando que el resto del grupo inspeccione solo unos pocos metros de esta gruta.
Cuando vuelven, regresamos a los coches, nos cambiamos de ropa y cogemos los coches para ir a comer a un pequeño merendero que hay en la zona.
Aquí dejo una pequeña muestra de nuestra visita de hoy.