Rutas por mes

Domingo 15 de mayo de 2016

Hoy, día 15 de mayo, nos desplazamos hasta la localidad de Labastida, en la Rioja alavesa. Según salimos de la gasolinera de Arrigorriaga, hace acto de presencia la lluvia y la niebla, que nos acompañarán hasta prácticamente el paso de Subijana. A partir de aquí, el cielo aclara algo, aunque no las tenemos todas con nosotros pues las cimas de los montes están cubiertas. Así las cosas, llegamos al área recreativa de San Ginés, desde donde iniciamos la ascensión. Desde aquí, los días despejados se ven las peñas cimeras del Toloño, pero hoy no se ve ni papa, al menos de momento. Aun así decidimos emprender la subida con la intención de decidir sobre la marcha. Y dicho y hecho. Cogemos, de los dos senderos que parten del aparcamiento, el de la derecha, y echamos a andar.

Aurrera, ba

Aurrera, ba

El camino, jalonado de arbustos y arbolado mediterráneos, discurre bien marcado ladera arriba.

Aldatz gora

Aldatz gora

Tras atajar por senderos providencialmente señalizados, llegamos a una trifurcación presidida por una gran piedra, desde donde ya seguimos por la pista, que comienza a empinarse de forma considerable. La lluvia ha hecho acto de presencia y la niebla está cada vez más cerca.

Paso a paso llegamos hasta las ruinas del humilladero para, desde aquí, torcer a la izquierda hacia el Santuario de Nuestra Señora de los Ángeles, prácticamente derruido y al que conviene no acercarse demasiado. Su aspecto es un tanto fantasmagórico.

Hace tiempo que caminamos entre la niebla. Hasta ahora el sendero era nítido y estaba bien marcado, pero a partir de aquí la niebla está cerrada y no sabemos por dónde continuar.

Toloño, non zaude?

Así que, a resguardo del viento y del frío, nos tomamos un tentempié mientras dos valientes del grupo se aventuran con un gps en busca de la cumbre. Parece mentira que estemos a mediados de mayo.

Toloño, non zaude?

Y la verdad es que el resultado no puede ser mejor: en unos veinte minutos están de vuelta y,  además, para entonces se ha abierto una ventana en la niebla que nos permite ver unas piedras marcadas de verde y a continuación un sendero que asciende entre las rocas. Y aunque ya creíamos que hoy no se haría cumbre, tiramos de frente y enfilamos el último tramo. La niebla da paso a las primeras vistas del día. Parece que al final hemos tenido suerte.

 

En unos minutos ya tenemos la cumbre al alcance de la mano.

Horra hor geure gaurko helmuga

Los dos buzones de la cima del Toloño. Como dato curioso, bajo la cima hay una placa en homenaje a un tipo que lo ascendió en más de 2500 ocasiones. Está claro que le motivaba esta montaña.

 

 

Si al sur vemos la tierra del vino, al norte nos aparecen los característicos hayedos, y es que la sierra de Toloño hace de muga entre el clima atlántico y el clima mediterráneo.

 

 

 

 

Bai ikuspegi ederra!

 

Taldea tontorrean

 

Tras disfrutar de la panorámica, que a pesar de no ser completa no nos la esperábamos media hora antes, toca descender. Al fondo, la Peña del Castillo. A su derecha se ve la Peña las Doce o Peña Mediodía, porque dicen que a partir de esta franja horaria da el sol de plano. Esta cima también es conocida como el Falso Toloño. De hecho tiene un buzón donde pone “Toloño”, aunque no es la cima principal. Sin embargo, bien merece una visita. Otra vez será.

Arkaitza eta zelaiak nagusi Toloñoko gainaldean

A la altura del Santuario, el paisaje no tiene ya nada que ver con el de la subida. La niebla ha despejado y tanto los restos del templo como la Peña del Castillo se ven con nitidez.

Y allí detrás dejamos el sendero que nos condujo a la cima.

Ya en la bajada, apreciamos a nuestra derecha estas curiosas formaciones rocosas.

 

Y así llegamos al aparcamiento, no sin antes apreciar la vista de la montaña que por la mañana nos ocultó la niebla. En resumen, hemos tenido suerte. De hecho, durante la subida nos  topamos con varios grupos que se habían dado la vuelta por culpa de la niebla y el frío. Pero estaba claro que hoy el destino de Menditxiki era hacer cumbre y, al parecer, el Toloño lo comprendió e invitó a la niebla a hacerse a un lado.

Agur, Toloño, hurrengorarte!

 

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