Archivo de noviembre de 2009
Domingo, 29 de noviembre de 2009

Río Zirauntza
DATOS DE LA RUTA:
Acceso: Araia (603 m.), en la provincia de Álava
Desnivel: 250 metros
Distancia: Unos 4 kilómetros
Tiempo aproximado: 1 h. 15´
Dificultad: Fácil
Partimos de un Bilbao lluvioso con la esperanza de que en la zona alavesa hiciese mejor tiempo.
Nuestra meta era subir al monte Legunbe pero, llegados al punto de partida, el barrio de Ibarguren (Álava), unos decidieron subir al monte mientras otras, con los niños, pensamos en una alternativa a la lluvia incesante.
Fuimos al pueblo de Araia en busca de una cafetería con la intención de tomar algo calentito y pensar qué podíamos hacer.
Después de sopesar algunas posibilidades, la camarera del bar nos informó que en el pueblo tenían un museo de energías renovables y dedicado al tejón, un animalito muy simpático y en peligro de extinción porque en un pasado había sido alimento de los habitantes y, además, usaban el aceite de su carne con fines curativos.
Fuimos al museo Mitxarro y allí la guía nos explicó algunas curiosidades del tejón que nosotros no sabíamos. Por ejemplo, que el tejón, cuando se encuentra en peligro porque le acosa un depredador, se desprende de todo el pelo de la cola para despistarle. Así el enemigo se entretiene con esta y el tejón aprovecha para escapar.
- Comenzando el sendero
También nos dijo que había una senda que salía desde allí mismo para ver el nacimiento del río Zirauntza.
Nos gustó mucho la posibilidad de dar un paseo con los niños aprovechando que la lluvia había cedido paso a un sol tímido que asomaba entre las nubes.
Por lo tanto, cogemos el camino que hay por la parte izquierda del museo y seguimos el cartel que nos indica el sendero del nacedero, SL-A 14.
- Sendero arriba
Durante todo el camino veremos varios carteles como este, lo que hace que en ningún momento perdamos el camino. Además a lo largo de todo el recorrido hay postes con marcas verdes y blancas.
Llegamos a una bifurcación con una carretera de montaña y el cartel nos sigue indicando el sendero del nacedero pero ahora las marcas se convierten en rojas y azules.
Después de una hora y media, a un paso muy suave y contemplando el paisaje de los robles, jugando con las hojas caídas, y el río, llegamos al nacimiento.
En la presa del río se puede apreciar una pequeña cascada la cual baja por el cauce natural y que es la que abastece de agua a los habitantes de Araia. Por la parte derecha del río se puede ver un pequeño canal artificial que es el agua que va directamente a la central eléctrica del pueblo.
Allí nos disponemos a comer nuestro merecido bocadillo y los niños aprovechan para lanzar alguna piedra al río y alguna que otra rama a modo de barco.

Hora de comer
Ya volviendo sobre nuestros pasos, nos desviarnos un poco del camino de vuelta y accedemos por otro sendero, que antes habíamos visto, para ir a ver la catarata del río y aprovechar para acercarnos un poquito más a las aguas heladas del mismo.

Peques en puente

Amatxus en el puente

El grupito
Volvemos al camino original y nuestra menditxiki navarra nos hace algunas fotos para el recuerdo. ¡Menos mal que alguien lleva la cámara!
Llegando a los coches, viene a nuestro encuentro un menditxiki que había regresado de la cima del Legunbe antes que los demás y todos vamos a tomarnos el merecido café para esperar al resto de los montañeros que han subido al Legunbe.
Domingo, 29 de noviembre de 2009
Hora y lugar de encuentro: A las 9:45 en la gasolinera de Arrigorriaga, situada en la A-68. Y a las 10:45 en el barrio de Ibarguren, enfrente de Egino (Araba).
DATOS DE LA RUTA:
Acceso: Barrio de Ibarguren, a un kilómetro de Andoin (Araba).
Desnivel: 538 m.
Tiempo aproximado: 3 h (1h 40´de ascensión)
Dificultad: Fácil.
El Legunbe, puntuable para el concurso de los Cien Montes, está situado en el extremo más oriental de la Sierra de Entzia, sirviendo de frontera natural entre las provincias de Araba y Nafarroa. Sus dos cumbres, una alavesa y otra navarra, coronadas ambas por dos buzones montañeros que señalan alturas diferentes, se hallan separadas entre sí por un espectacular ojo o ventana natural, el Legunbeko Haitzuloa, que horada la roca y desde el cual se puede contemplar con todo su esplendor la inmensa Llanada Alavesa.
Descripción de la ruta realizada:

Al principio llovía
Las previsiones meteorológicas para el día de hoy no eran nada halagüeñas: lluvia durante toda la jornada, nieve por encima de los 1.200 metros y descenso acusado de las temperaturas. A pesar de ello, unas cuantas familias acudimos esperanzadas a nuestra cita montañera de todos los domingos. La lluvia no cesó de caer durante todo el tiempo que duró el trayecto por la autopista y cuando llegamos, con puntualidad británica, a las 10:45 al barrio de Ibarguren, en Álava, todavía seguía lloviendo.
Vistas las circunstancias, algunas amatxus (y ningún aita, que todo hay que decirlo) decidieron ir con todos los niños al cercano pueblo de Araia. Y ese día sólo un pequeño grupo de cinco adultos –entre los que se encontraba el cronista del día, o sea, yo- tomó la decisión de hacer una visita al Legunbe. Los demás nos contarían después que, tras tomar algo calentito en un bar de Araia y visitar un museo allí situado, se acercaron al cercano nacimiento del río Zirauntza, donde pasaron una bonita jornada en la que la lluvia desapareció unos veinte minutos después de que los que caminábamos hacia el Legunbe iniciáramos la marcha.
Dejamos aparcados los coches junto al ayuntamiento de Ibarguren, enfrente de la casa rural Legrare. Desde allí nos dirigimos a la parte alta del pueblo, de donde sale un camino que pronto llega a la altura de una puerta metálica de color negro que hay que cruzar. Atravesamos un pequeño robledal situado junto a un depósito de aguas y continuamos caminando por la pista principal hasta encontrarnos poco después con una bifurcación. Cogemos el camino de la izquierda, que desciende ligeramente para comenzar poco después a ascender.

Camino empedrado
Escasos minutos después nos encontramos con otra bifurcación y, obviando el camino de la derecha, seguimos adelante por una pista cada vez más empinada y exigente. Cubierta de un empedrado bastante reciente a juzgar por el color del cemento que rodea las piedras, la pista continúa ascendiendo entre hayas, describe una curva pronunciada a nuestra izquierda y nos deposita sanos y salvos en el alto de Andoin o puerto de Belleku (1.010 m).
Una vez allí y por iniciativa de uno de los participantes de la excursión, decidimos rendir una visita de cortesía al cercano Akarrate, situado a unos quince minutos del collado. Así que comenzamos a ascender por la ladera herbosa que tenemos a nuestra izquierda, la cual nos lleva una estrecha pista que poco después se convierte en un sendero que pasa junto a unas bordas y nos conduce directamente al Akarrate (1063 m.), un pequeño monte sin buzón .
Descendemos de nuevo al collado Belleku y allí tomamos la ancha y visible pista que viene del sur y que conduce al Legunbe. Todavía nos queda aproximadamente una hora de marcha antes de alcanzar nuestro objetivo.
Tras caminar escasos minutos por la pista y justo antes de que ésta describa una curva pronunciada a la derecha, nos toca abandonarla para continuar por una senda a la izquierda, marcada con un hito. Continuamos hacia adelante, descendemos una pequeña loma herbosa y cruzamos una alambrada por un paso habilitado para ello que se encuentra situado junto a uno de los numerosísimos puestos de cazadores que inundan esos parajes.
A partir de este momento lo único que hay que hacer es continuar por un estrecho sendero, el cual atraviesa un precioso bosque de hayas y discurre casi paralelo al cresterío. Llegamos así a un vértice geodésico. Pero todavía nos quedan unos veinte minutos para alcanzar el Legunbe. Así que continuamos caminando por la senda hasta que llegamos a la alambrada que separa la provincia de Álava de la Comunidad Autónoma de Navarra.
Una vez llegados a la alambrada tan sólo queda subir un pequeñísimo repecho entre piedras para alcanzar el primer buzón del Legunbe (1.113 m). Descendemos después y cruzamos la alambrada para tocar el segundo buzón del Legunbe, el navarro, que marca una altitud distinta:1.129 m. En medio de los dos se encuentra el Legunbeko haitzuloa, un espectacular ojo natural horadado en la roca convertido en una impresionante ventana desde la que se puede contemplar toda la belleza de la Llanada Alavesa. Casi enfrente de nosotros, el Aratz y el Aizkorri. Otro día nos volveremos a ver las caras.
- Buzón alavés del Legunbe
- Buzón navarro del Legunbe

Legunbe alavés desde el navarro
Ya es hora de regresar a la civilización.
Cogemos de nuevo la senda por la que hemos venido hasta llegar al collado Belleku, donde la pista por la que habíamos ascendido nos conduce otra vez al barrio de Ibarguren. Allí nos sacudimos el barro, nos cambiamos las botas, montamos en nuestros coches y nos dirigimos felices y satisfechos a Araia, donde nos reunimos con el resto de la tropa. Ellos también están contentos. Y después de intercambiar nuestras experiencias en torno a la mesa de un bar, decidimos que es hora de regresar a casa. Ya ha oscurecido. Por la autopista la lluvia reaparece de nuevo. Sonreímos. El día ha terminado y ahora nos toca descansar.
- En la cumbre
Domingo, 22 de noviembre de 2009
DATOS DE LA RUTA:
Hora y lugar de encuentro: Pagomakurre, a las 10:00 h.
Acceso: Pagomakurre (880 m.), en Areatza-Villaro (Bizkaia).
Desnivel: 601 m.
Tiempo aproximado: 1 h 40´de ascensión.
Dificultad: Media.
El Gorbea está situado en el macizo del mismo nombre, el cual fue declarado Parque Natural el 28 de junio de 1994. Se trata de la cumbre más elevada, popular y emblemática de las provincias de Araba y Bizkaia ya que sirve de frontera entre ambos territorios. La gran cruz de hierro de 18 metros que se eleva orgullosa en la cima atrae cada año a miles de montañeros.
Al Gorbea se puede acceder desde distintos puntos (Zárate, Murua, Egiñiger, Barazar, Zeanuri, Saldropo, Sarria…), pero nosotros partiremos de uno de los lugares más accesibles y concurridos: Pagomakurre, lugar al que se puede llegar en coche siguiendo una pista de cemento de unos 10 kilómetros que sale del pueblo de Villaro-Areatza, en la provincia de Bizkaia.
Descripción del recorrido realizado:
Comenzamos la marcha hacia el Gorbea cogiendo el ancho camino situado al final del aparcamiento situado en Pagomakurre. Un poste de madera al inicio del mismo nos indica que Egiriñao se encuentra a 1´7 kilómetros y 20 minutos.
Este camino, que asciende suavemente y bordea las faltas del Lekanda, nos conduce a las espléndidas campas de Arraba (1.070 m.), donde continuamos adelante siguiendo el camino que van marcando unos pequeños árboles plantados en hilera. Poco después la senda de grava por la que caminamos se bifurca en dos: obviamos la desviación de la derecha, marcada también con árboles, la cual conduce al refugio de Elorriaga, y seguimos de frente por una senda herbosa.
Tras un ligero repecho, llegamos al angosto paso de Aldape, tras el cual nos encontramos con una pequeña bajada. En este momento, si miramos a nuestra derecha veremos el menhir de Zastegi y varios refugios de montaña. Un poste de madera poco después nos indica que continuando hacia la derecha llegaremos a la cruz del Gorbea en 50 minutos.
Seguimos, pues, por la derecha, y escasos minutos después entramos en el bosque de Egiriñao, un pequeño hayedo en el que podemos descubrir, si miramos a nuestra izquierda, una pequeña capilla pegada a la roca: la capilla de Nuestra Señora de las Nieves, y donde se encuentra también el refugio del Club de Montaña Juventus, que dejamos a nuestra derecha.
A partir de este momento comienzan las cuestas más empinadas de la excursión. Primeramente, ascendemos por una zona rocosa que nos conduce al collado de Aldamiñospe (1.321 m.), que separa el Gorbea del Aldamín. Y, posteriormente, giramos a la derecha para subir la última cuesta del recorrido: la ladera herbosa del Gorbea.
La mítica cruz que corona la cima del monte más alto de Bizkaia se va agrandando cada vez más según nos vamos acercando a ella hasta que conseguimos alcanzarla al fin. La imagen de la virgen de Begoña, que se cobija bajo sus hierros, nos da la bienvenida.
Una foto en la cumbre. No estamos todos: algunos ya han iniciado el descenso y otros están a escasos metros de la cima. Pero el viento y el frío no permiten permanecer mucho tiempo contemplando la belleza de los alrededores. No importa: hoy 24 niños y 26 adultos de Menditxiki han pisado el Gorbea, algunos de ellos por primera vez en su vida, y eso es más que suficiente para sentirnos todos satisfechos y felices.
Bajamos de nuevo al collado de Aldamiñospe. Allí, mientras esperamos a que llegue el resto del grupo, algunos niños se empeñan en subir también al Aldamín.
Porque el Gorbea siempre será el Gorbea, pero la atracción irresistible de escalar un monte de piedras es algo que atrae como un imán a más de uno. Así que unos minutos después nos vemos unos cuantos en la cima rocosa del Aldamín (1.376 m.), el segundo monte más alto de Bizkaia.
Bajamos de nuevo a Aldamiñospe y, ya todos juntos de nuevo, seguimos descendiendo hasta llegar a Egiriñao primero y a las campas de Arraba después, donde hacemos un alto en el camino para comer. El descenso posterior hasta Pagomakurre lo realizamos por el mismo camino por el que habíamos subido.
Todos los niños han sido hoy muy valientes y han disfrutado enormemente del día, pero no quisiera terminar este breve resumen de nuestra excursión de hoy sin hacer una referencia especial a uno de los benjamines del grupo: un pequeño Iñurrategi de cinco años que, después de subir al Gorbea y al Aldamín, le dijo a su aita muy serio y solemne señalando con su dedito al Lekanda: “yo también quiero subir a ése”. Lo cual nos permite vaticinar sin riesgo alguno de equivocarnos que dentro de no muchos años veremos en la televisión a algunos de nuestros pequeños montañeros ascendiendo ochomiles. ¿Qué no? Ya veremos, ya…