Archivo de agosto de 2010
Sábado, 28 de agosto de 2010
DATOS DE LA RUTA:
Acceso: Col de Tentes (2.210 m). Para llegar allí hay que dirigirse al pueblo de Gavarnie (Francia) y, nada más entrar en él, tomar la carretera de la derecha. Poco después nos encontramos con una bifurcación y cogemos la desviación de la izquierda, la cual nos conduce a la estación de esquí de Gavarnie y, de ahí, al Col de Tentes, donde disponemos de un amplio aparcamiento en el que dejar los coches.
Desnivel positivo: 1.088 m.
Distancia: 17 kilómetros.
Tiempo aproximado: 6 h 15´ (3 h 30´ de ascensión).
Dificultad: Media-alta. Excursión algo larga, pero sin dificultades técnicas.
El Taillón (3.144 m), considerado como uno de los tresmiles más accesibles y visitados de los Pirineos, alza su imponente perfil en el extremo norte del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. La ascensión a este emblemático monte se puede acometer desde España (pradera de Ordesa y Bujaruelo) o Francia (Gavarnie, col de Tentes), si bien nosotros hemos decidido realizarla desde la zona francesa, concretamente desde el Col de Tentes. Esta opción, algo más corta que las demás, es la que salva un desnivel menor y permite, además, acceder al Taillón cruzando la legendaria Brèche de Roland o Brecha de Roldán, un grandioso y espectacular corte natural en la arista rocosa que marca la frontera entre España y Francia.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Son las 9:10 de la mañana de un día que ha amanecido cubierto por la niebla cuando dejamos los coches aparcados en el Col de Tentes (2.210 m) para dirigirnos andando por asfalto hasta el puerto de Bujaruelo (2.273 m). Antes era posible realizar este trayecto en coche, pero en la actualidad la carretera está cortada a la altura del col de Tentes por desprendimientos de rocas, por lo que no queda más remedio que recorrer los escasos dos kilómetros que separan el col de Tentes del puerto de Bujaruelo a pie.
Un cartel amarillo en el col de Tentes nos informa que el Refugio de la Brecha de Roldán se encuentra a 2 h 15´, previsión un tanto exagerada ya que poco después, en el puerto de Bujaruelo, un nuevo cartel amarillo advierte que el tiempo hasta el citado refugio es de 1 h 30´, lo cual equivale a decir que desde el col de Tentes al puerto hay 45´ andando. Y nada más lejos de la realidad: 45 minutos se tardará yendo a la pata coja –supongo– porque nosotros llegamos en menos de 20 minutos y no fuimos precisamente corriendo.
Después de recorrer la carretera que, a tramos sepultada por las piedras, conduce del col de Tentes a Bujaruelo, tomamos una senda que asciende a la izquierda, dirección este. Sin apenas ganar altura, vamos bordeando el Taillón por su casi inaccesible cara norte siguiendo los hitos que vamos encontrando por el camino y siguiendo también a la gran cantidad de montañeros que llevan la misma dirección que nosotros. Llegamos así a la base del pico Sarradets, lugar donde la senda por la que caminamos se une a la senda que sube directamente del pueblo de Gavarnie. La niebla ha desaparecido por completo, dando paso a un día radiante y soleado. En este punto comenzamos a remontar una torrentera, provista de cadenas en algunos tramos y por la que desciende el agua que desagua del glaciar del Taillón, y llegamos así al collado de Sarradets, mirador privilegiado desde el que se puede contemplar con todo su esplendor el espectacular circo de Gavarnie y su larguísima cascada.
Desde el collado de Sarradets, además, podemos ver con total claridad el refugio de la Brèche de Roland o de Sarradets, adonde nos encaminamos con paso decidido. Son las 10:50 de la mañana cuando llegamos al refugio (2.587 m), donde podemos disfrutar de unas inmejorables vistas a la brecha de Roldán y de un largo descanso de 30´ que aprovechamos para comer algo y reponer fuerzas antes de seguir adelante.
Continuamos, pues, caminando en dirección hacia la brecha ascendiendo por una gran pedrera de fuerte pendiente que nos conduce a un pequeño collado. Sólo los resta ascender unos metros para llegar hasta la brecha, para lo cual debemos cruzar el glaciar situado a sus pies. Hoy la nieve que cubre el glaciar es blanda y no es necesario el uso de crampones, algo habitual la mayor parte del año.
Llegamos a la mítica brecha de Roldán a las 11:50 y nos empapamos durante unos minutos de su belleza y su grandiosidad. Cuenta la leyenda que el célebre Roldán (también conocido como Rolando y Orlando; en francés, Roland), sobrino del gran Carlomagno y cuyas hazañas fueron narradas en el famoso poema épico francés del siglo XI titulado Chanson de Roland o Cantar de Roldán, después de ser derrotado en la batalla de Roncesvalles se replegó con su ejército a estos parajes recónditos de Pirineos buscando un paso entre las montañas que le permitiera llegar a Francia, su patria. Pero, al verse completamente acorralado y a merced de sus perseguidores, para evitar que su famosa espada Durandarte cayera en manos de sus enemigos, la lanzó al aire en su último aliento de vida provocando esta gigantesca hendidura pétrea conocida hoy en día con el nombre de brecha de Roldán. Y, aunque esta leyenda –como tantas otras– sea más fantástica que real, lo cierto es que la brecha de Roldán, único paso natural entre Francia y España en la zona de Gavarnie, se ha convertido en uno de los lugares más visitados, admirados y fotografiados de los Pirineos.
Cruzamos la brecha de Roldán para situarnos en tierras aragonesas y continuamos a la derecha, siguiendo una senda que se encuentra casi pegada a las paredes rocosas y que conduce al famoso Dedo del Taillón.
Desde ahí ya sólo resta el tramo final: la ascensión por la larga ladera escarpada del Taillón a través de una estrecha senda que nos deposita a las 13:05 en la cima de esta montaña desprovista de buzón y vértice geodésico, pero que cuenta con unas espectaculares vistas de algunas de las principales cumbres de los Pirineos: al este se distingue con total claridad el Cilindro y el Monte Perdido con su famosa escupidera final; al norte se divisa el grandioso macizo del Vignemale y su resplandeciente glaciar; al oeste el Balaitus y las Frondeillas… Merece la pena subir aquí sólo por contemplar este paisaje.
Comemos en la cumbre rodeados de una gran cantidad de montañeros e iniciamos el descenso por el mismo camino por el que habíamos subido. Un día espléndido y un lugar mágico que ocupará un lugar privilegiado en nuestra memoria para el resto de nuestras vidas.
El Monte Perdido, con sus 3.355 metros de altitud, es la montaña calcárea más elevada de Europa Occidental y la tercera cumbre más alta de los Pirineos.
Ascenderemos a este popular y emblemático monte en dos etapas siguiendo su vía de acceso más habitual: la que parte de la Pradera de Ordesa , atraviesa el inmenso circo de Soaso, llega hasta la famosa cascada Cola de Caballo y, tras pasar por el refugio de Góriz, remonta hasta el diminuto Lago Helado para ascender por la conocida escupidera final que conduce a esta grandiosa y espectacular montaña enclavada en uno de los parajes pirenaicos más majestuosos y bellos: el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido.
1ª etapa: Sábado, 21 de agosto de 2010
Recorrido: Pradera de Ordesa (1.310 m) – Cascada Cola de Caballo (1.850 m) – Refugio de Góriz (2.160 m)
Desnivel positivo: Unos 900 metros.
Tiempo aproximado: 4 h. 30´ (según un panel indicador situado en la Pradera de Ordesa)
Dificultad: Media-alta.
Llegamos a las 12:30 del mediodía a Torla (1.032 m), un precioso y turístico pueblo del alto pirineo aragonés situado a unos 6 km. de la Pradera de Ordesa. En Semana Santa y verano, épocas de máxima afluencia de público al Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido, el acceso de vehículos a la Pradera de Ordesa está restringido, razón por la cual los únicos medios de llegar al Valle de Ordesa es a pie o tomando un autobús que cubre el servicio Torla-Pradera de Ordesa-Torla cada cuarto de hora y cuyo precio ida y vuelta es de 4´50 euros por persona. Y esta última es precisamente la opción que elegimos nosotros.
Así que, tras dejar nuestros vehículos convenientemente aparcados en un amplio parking de Torla, cogemos todos nuestros bártulos y esperamos pacientemente durante unos minutos al autobús que poco después nos conducirá a la Pradera de Ordesa, lugar desde donde iniciamos la marcha a pie. Es aproximadamente la una y cuarto de la mañana de un día que ha sido vaticinado como el más caluroso del año. Y, efectivamente, el calor es abrasador, lo cual no ha sido óbice para que sean muchos los aficionados a la montaña y al senderismo que se hayan animado a acercarse por estas latitudes dispuestos a pasar una agradable y soleada jornada de verano en plena naturaleza. Entre ellos, nosotros: un pequeño grupo formado por cinco adultos y tres niñas.
Nuestro primer objetivo es la espectacular cascada conocida con el nombre de Cola de Caballo. El camino que conduce de la Pradera de Ordesa a la Cola de Caballo es un tranquilo paseo de unos 8 kilómetros de longitud y 580 metros desnivel acumulado que, remontando el curso del río Arazas, discurre entre hayas, pinos y abetos y nos permite disfrutar de bonitos saltos de agua, como la Cascada de Arripas, de la Cueva o del Estrecho, así como del espectacular circo de Soaso.
El camino arranca de la oficina de Información situada en la Pradera de Ordesa. Al lado de la citada oficina nos encontramos con una bifurcación y varios paneles informativos que nos indican que el camino de la derecha conduce a la Senda de los Cazadores y a la Faja de Pelay, mientras que el de la izquierda, que es el que cogemos nosotros, conduce a la Cola de Caballo (3 h) y al Refugio de Góriz (4h 30 min) por la GR 11. Poco después un nuevo cruce de señales nos indica que debemos continuar por la derecha y, a partir de aquí, sólo es preciso seguir las marcas rojas y blancas de la GR y dejarse llevar por la marea humana que se dirige a la cascada Cola de Caballo a través de un camino transitadísimo.
Y he aquí la famosa cascada:
Una vez que hemos llegado a la cascada, las niñas aprovechan para darse un relajante baño en el río y, mientras comemos, observamos la hilera de personas que suben y bajan por las clavijas y cadenas de Soaso, situadas a la derecha de la cascada. Cuando no hay hielo no se puede calificar este paso de peligroso, salvo para aquellos que padezcan de vértigo o que sientan animadversión a las trepadas. No obstante, por pura precaución, decidimos que es mejor que la niña más pequeña del grupo no pase por las clavijas, razón por la que ella, acompañada de uno de sus padres, toma un camino sinuoso que se desvía hacia la derecha, una vez cruzado el río por un puente metálico, para después unirse con el camino que viene de las clavijas. Tomar esta ruta alternativa supone andar unos 20´ más, pero es recomendable en caso de duda. Los demás, mientras tanto, remontamos la ladera pasando por las clavijas de Soaso, tomamos el sendero que se dirige hacia la izquierda y, siguiendo las marcas rojas y blancas, llegamos todos al refugio de Góriz sin ningún contratiempo.
Encontrar plaza en Góriz es difícil en verano si no se hace la reserva con tiempo, como ha sido nuestro caso. Así que, prevenidos como estábamos, hemos subido hasta allí con nuestras tiendas de campaña. Y no hemos sido los únicos si tenemos en cuenta la gran cantidad de tiendas que inundan las inmediaciones del refugio.
Montamos las tiendas en un pequeño hueco que encontramos libre y, una vez instalados y después de que algunos nos animemos a darnos una ducha de agua fría (porque agua caliente no hay), disfrutamos todos de una copiosísima y sabrosa cena en Góriz. Porque hay que decir que en el refugio de Góriz existe la posibilidad de cenar y de desayunar incluso para la gente que no esté alojada en él. Y de ahí a los sacos de dormir, en espera del nuevo día.
2ª etapa: Domingo, 22 de agosto de 2010
Recorrido: Refugio de Góriz (2.160 m) – Monte Perdido (3.355 m) – Refugio de Góriz (2.185 m) – Cascada Cola de Caballo (1.850 m) – Pradera de Ordesa (1.310 m)
Desnivel: Unos 1.200 m. de desnivel positivo (2.100 m. de desnivel acumulado).
Tiempo aproximado: 9 h. 30´ (3 h. de ascensión).
Dificultad: Alta. Excursión algo larga, pero sin dificultades técnicas en ausencia de nieve o hielo.
Y el nuevo día llega al fin. La niña más pequeña del grupo, de 7 años, se queda en el refugio con su padre, aprovechando que este último había subido al Monte Perdido hacía escasas dos semanas. Los demás, cuatro adultos y dos niñas de 11 años, desayunamos bien temprano y a las 7:45 comenzamos la ascensión a esta mítica montaña. Para ello tomamos una senda que asciende dirección noreste por encima del refugio, siguiendo los pasos de decenas de montañeros que se disponen hoy a hacer el mismo recorrido que nosotros. Los abundantes hitos que encontramos por el camino nos conducen sin pérdida hasta el Lago Helado, situado entre el Monte Perdido (a la derecha) y el Cilindro de Marboré, que eleva sus 3.335 m. de altitud a la izquierda del lago.
Desde el Lago Helado se divisa con total claridad la afamada escupidera final que conduce al Perdido: una pedrera con una fuerte inclinación del 35% tristemente célebre por ser el punto de Pirineos donde se registran mayor número de accidentes mortales. Un cartel situado a la derecha del Lago Helado nos advierte precisamente de la peligrosidad de este tramo. Sin embargo, es preciso señalar que este desgraciadamente famoso lugar es peligroso sólo en el caso de existencia de nieve dura o hielo. En caso contrario no pasa de ser simplemente un tramo incómodo debido a la piedra suelta que dificulta la ascensión. Y hoy no hay nada de nieve. Así que adelante.
Iniciamos, pues, la ascensión por la escupidera, que nos conduce hasta el collado superior o antecima. Ya sólo nos restan unos metros por la derecha para alcanzar el vértice geodésico que corona la cumbre del Perdido, hoy completamente adornado de telas multicolores. Hemos tenido suerte: a medida que nos acercábamos a la cima veíamos cómo la niebla se iba disipando poco a poco y cómo el viento arrastraba a toda velocidad las nubes. Son las 10:55 de la mañana y un sol radiante nos ha recibido al llegar arriba para mostrarnos el espectacular paisaje que rodea la cima del Perdido. Todo un placer para la vista.
Muchas fotos, un tentempié y abajo otra vez. Comemos en Góriz e iniciamos el regreso hacia la cascada Cola de Caballo y, de ahí, a la Pradera de Ordesa, esta vez sin pasar por las clavijas de Soaso. Ha sido un corto pero intenso fin de semana en el que todos hemos disfrutado como niños.
Después de realizar una travesía de cinco días recorriendo diversos rincones de los Pirineos con nuestros hijos, hemos podido constatar que los niños son mucho más fuertes y valientes de lo que pensamos y que no existen más límites que los que a veces nos ponemos nosotros mismos. Y, sobre todo, hemos podido comprobar una vez más que caminar por la naturaleza y ascender montañas contribuye a fomentar en nuestros hijos y en nosotros mismos la capacidad de superación personal, fortalece la amistad, desarrolla la solidaridad, acrecienta la autonomía y contribuye, en definitiva, a que seamos mejores personas.
Somos conscientes de que no somos pioneros en estos menesteres pero ésta ha sido nuestra experiencia y esperamos que contándola aquí podamos lograr que alguien más se anime a seguir nuestros pasos.
1ª ETAPA: sábado, 31 de julio de 2010
1ª OPCIÓN: Aparcamiento del lago Fabrèges (1.250 m) – Estación de Artouste (1.934 m) – Lago de Artouste (1.997 m) – Refugio de Arrémoulit (2.305 m)
Desnivel positivo: Unos 398 m.
Tiempo aproximado: 1 h 20´
Dificultad: Fácil
2ª OPCIÓN: Cabaña de Coillou-Soques (1.430 m) – Col d´Arrious (2.259 m) – Lago de Artouste (1.997 m) – Refugio de Arrémoulit (2.305 m)
Desnivel positivo: Unos 1.227 m.
Tiempo aproximado: 3 h 30´
Dificultad: Media-alta.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Tras dormir cómodamente en un hotel situado junto a la estación de esquí de Formigal nos disponemos a iniciar nuestro periplo por Pirineos. Somos un total de seis familias formadas por diez adultos y nueve niños cuyas edades oscilan entre los cinco y los once años.
Salimos de Formigal a las 10 de la mañana y nos dirigimos en coche al aparcamiento del lago Fabrèges, situado a unos 12 kilómetros del puerto fronterizo de Portalet, el cual comunica el valle de Tena (Huesca) con el valle d´Ossau, en los Pirineos franceses. Allí se separan momentáneamente nuestros caminos: parte del grupo coge de nuevo el coche para dirigirse hacia la cabaña de Soques, a unos 5 km. del puerto de Portalet, desde donde iniciarán la marcha a pie, mientras que el resto de los participantes –tal y como estaba previsto de antemano– montamos en una telecabina que nos conduce tras un corto viaje de unos 10 minutos de duración a la estación de Artouste, situada a 1.934 m. de altitud. Allí subimos en el tren turístico de Artouste, el más alto de Europa, el cual, tras atravesar los 300 m. del túnel del Ours, nos conduce durante 55 minutos por paisajes de ensueño para depositarnos a 1.907 metros, muy cerca del espectacular lago color azul turquesa de Artouste.
Bajamos del tren y tomamos el camino que conduce en unos 15 minutos al lago de Artouste. Poco antes de llegar a él tomamos una desviación a la derecha siguiendo las indicaciones de un cartel allí situado que nos informa que los lagos de Arrémoulit se encuentran a 1h 15´. La senda, muy evidente, bordea las impresionantes aguas del lago de Artouste por su orilla derecha hasta llegar a la cola del lago. Una vez allí comenzamos a ascender por la ladera situada a nuestra izquierda siguiendo una senda bien señalizada con hitos. Cuando nos encontramos a mitad de ladera, poco después de pasar junto a un cartel que indica 45´ hasta Arrémoulit, oímos unos gritos a nuestra espalda: es el resto del grupo, que, tras remontar el río d´Arrious siguiendo la ARP (Alta Ruta Pirenaica), acaban de llegar al Col d´Arrious (1.259 m) y se disponen a descender hacia la cola de la presa de Artouste para tomar el mismo camino que llevamos nosotros y finalizar juntos el ascenso.
Así que ellos aceleran el paso para alcanzarnos y juntos llegamos al alto, desde donde podemos ver muy cerca ya el pequeño y acogedor refugio de Arrémoulit (2.280 m). No obstante, antes de llegar a él nos detenemos en el primer lago de Arrémoulit, donde nos paramos a comer y a tomar un baño para después dirigirnos al segundo lago, en cuya orilla derecha se sitúa el refugio rodeado de un paisaje especialmente hermoso. El día ha sido espléndido y la jornada se ha desarrollado sin ningún contratiempo. Descansamos y charlamos un buen rato y, tras hacer la digestión después de la copiosa y sabrosa cena que nos ofrece el guarda del refugio, nos vamos a dormir ilusionados, contentos e impacientes por que empiece un nuevo día.
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2ª ETAPA: domingo, 1 de agosto de 2010
1ª OPCIÓN: Refugio de Arrémoulit (2.305 m) – Collado de Arrémoulit (2.448 m) – Refugio de Respomuso (2.150 m)
Desnivel positivo: Unos 300 metros.
Tiempo aproximado: 3 horas.
Dificultad: Media-baja.
2ª OPCIÓN: Refugio de Arrémoulit (2.305 m) – Collado de Arrémoulit (2.448 m) – Embalse de la Sarra (1.438 m)
Desnivel positivo: Unos 300 metros.
Tiempo aproximado: 3 horas.
Dificultad: Media-baja.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Empieza un nuevo día y con él da comienzo nuestra segunda etapa en Pirineos. Desayunamos dentro del refugio francés de Arrémoulit y nos preparamos para iniciar nuestra marcha hacia el refugio de Respomuso, situado ya en territorio español. Para ello nos dirigimos hacia el sureste, siguiendo los abundantes hitos que nos conducen a través de un terreno pedregoso por la orilla izquierda del lago de Arrémoulit. Al llegar al extremo este del lago el camino comienza a ascender hacia el sureste y, tras cruzar varios neveros, alcanzamos sin dificultad el collado de Arrémoulit, situado entre los picos Palas y Arriel, el cual marca la línea fronteriza entre Francia y España. Desde esta impresionante atalaya podemos disfrutar de unas espectaculares vistas del Balaitus y de su entorno.
Iniciamos el descenso por una fuerte pendiente hacia el embalse de Arriel Alto, situado a los pies del collado de Arrémoulit. Una vez en el embalse, continuamos nuestro camino siguiendo una senda que bordea el embalse por su orilla derecha para girar poco después hacia la izquierda. A partir de aquí la senda desciende en dirección al embalse de Arriel Bajo, más pequeño que el primero. Cruzamos a la otra orilla de este segundo embalse vadeándolo por el desaguadero que conduce a él y lo bordeamos por su orilla izquierda.
Antes de llegar a un tercer embalse nos encontramos con una bifurcación: la senda situada a la derecha conduce al embalse de la Sarra (1.438 m), en Sallent de Gallego (Huesca), mientras que el camino que continúa a nuestra izquierda lleva al refugio de Respomuso. El tiempo que debe invertirse hasta alcanzar ambos objetivos es muy similar. Aquí una de las familias que nos acompaña toma el primer camino, un tanto apenados pero obligados por las circunstancias, ya que tienen que trabajar al día siguiente. Para ellos esta pequeña aventura ya ha terminado. Las demás familias, cuatro en total, continuamos por la senda de la izquierda. Para ello cruzamos una especie de puente de piedra que nos deposita en la orilla izquierda del tercer embalse. Lo bordeamos y poco después, tras pasar junto a un cuarto y pequeño embalse, podemos divisar ya a lo lejos, con total claridad, la presa del ibón de Respomuso y la pequeña ermita de la Virgen de las Nieves situada en una de sus orillas.
La senda por la que caminamos nos acerca cada vez más a nuestro objetivo. El tiempo, siempre tan cambiante en Pirineos, nos ofrece lluvia, granizo, sol, nubes y nueva amenaza de lluvia, así que aceleramos el paso. El sendero, sin perder apenas altura, nos acerca cada vez más hacia Respomuso, cuyo embalse nunca perdemos de vista, De repente, la senda gira bruscamente a la derecha y comienza a descender describiendo amplios zigzag hasta enlazar con la GR 11 que sube de La Sarra. Una vez alcanzado el embalse podemos ver a nuestra izquierda el refugio de Respomuso, adonde dirigimos nuestros pasos con decisión y firmeza siguiendo las marcas rojas y blancas de la GR.
Hoy la climatología no permite darse un baño en los alrededores del refugio, pero al menos en Respomuso podemos contar con algo que no teníamos en Arrémoulit: la posibilidad de tomar una ducha de agua caliente. Todo un lujo. Cenamos en el refugio y nos vamos a dormir con unas predicciones meteorológicas para el día siguiente nada halagüeñas.
3ª ETAPA: lunes, 2 de agosto de 2010
1º OPCIÓN: Refugio de Respomuso (2.150 m) – Frondiellas (3.068 y 3.069) – Refugio de Respomuso (2.150 m)
Desnivel positivo: Unos 919 metros.
Tiempo aproximado: 5´30 horas (3 horas de ascensión).
Dificultad: Media.
2º OPCIÓN: Refugio de Respomuso (2.150 m) – Embalse de la Sarra (1.438 m)
Desnivel positivo: Inexistente.
Tiempo aproximado: 2 horas.
Dificultad: Baja.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Hoy otra familia se ve en la obligación de abandonarnos por temas laborales. Después del desayuno tiene lugar la despedida, un poco triste, como el día de hoy. Ellos iniciarán su regreso a la civilización tomando el camino que arranca a la derecha del refugio de Respomuso según se sale de él. Las marcas rojas y blancas de la GR 11 les guiarán sin pérdida alguna hasta embalse de la Sarra, desde donde cogerán un taxi hasta el aparcamiento del lago Fabrèges, lugar en el que han dejado su coche.
El camino que conduce desde Respomuso hasta el embalse de la Sarra siguiendo el cauce del río Aguas Limpias es un camino bastante ancho y bien indicado que pasa bajo los inmensos paredones rocosos de la Frondella y atraviesa bosques de pinos y hayas en medio de un ambiente húmedo y acogedor. Un bonito camino que merece la pena ser recorrido.
Para los niños que se quedaban hoy en Respomuso estaba programada una jornada de descanso, mientras que algunos adultos tenían la intención de ascender a los picos del Infierno. No obstante y teniendo en cuenta la niebla que se agarra con fuerza a las cumbres de los montes y las previsiones meteorológicas que anuncian lluvia a partir del mediodía, decidimos cambiar de planes. En lugar de ir a los picos del Infierno optamos por una excursión algo más corta que la anterior: la ascensión a las Frondiellas. Así el día de hoy pasará a convertirse en el día en el que tratamos infructuosamente de ascender a las Frondiellas. Otra vez será. Los montes nunca se mueven de su sitio y siempre nos estarán aguardando, fuertes, impasibles y eternos.
Somos cuatro adultos los que nos animamos a subir. Para ello tomamos una senda que asciende por la margen izquierda de Vuelta Barrada, el torrente de agua que baja por detrás del refugio de Respomuso. Allí nos encontramos con dos chicos que bajan y que nos dicen que han intentado acercarse a las Frondiellas pero que se han dado la vuelta debido a la espesa niebla que lo cubría todo. No obstante, nosotros decidimos seguir adelante. Llegaremos hasta donde podamos.
Seguimos, pues, ascendiendo por la senda inicial. Poco después, al alcanzar un alto, el camino gira ligeramente hacia la derecha, dirección norte, y llanea unos metros antes de llegar a un arroyo. En ese momento se nos presentan dos alternativas: continuar de frente por un sendero que conduce al Balaitus o remontar una estrecha senda situada en la orilla izquierda del arroyo. Optamos por la 2ª opción, ya que un cartel en mal estado colocado en una enorme roca allí situada nos indica que ésa es la dirección correcta para alcanzar las Frondiellas.
A partir de este momento caminamos de forma continua por terreno pedregoso y algo incómodo siguiendo los hitos, ascendiendo sin tregua y atravesando algunos neveros hasta situarnos a los pies de las Frondiellas.
Una vez allí no sabemos muy bien por dónde continuar. Hay una estrecha senda a nuestra derecha que conduce a una especie de canal, que es –según nos diría al día siguiente el guarda de Respomuso– el camino más apropiado para llegar a las Frondiellas. Pero en aquel momento no lo veíamos nada claro: la senda se perdía entre la nieve y la niebla. Además, a nuestra izquierda podíamos ver unos hitos bastante claros, así que decidimos seguirlos. Los hitos nos conducen directamente hasta la arista cimera, donde nos encontramos con unos pasos aéreos bastante complicados, estrechos y algo peligrosos debido a la piedra suelta. Y allí no nos queda más remedio que tomar una decisión: o nos arriesgamos o nos damos la vuelta. Y decidimos darnos la vuelta. Estamos –según el GPS– a 2.995 m de altitud, a tan sólo 70 m. de la cima, pero a veces es mejor no tomar riesgos innecesarios.
Así que bajamos hacia Respomuso por el mismo camino, muy contentos y bromeando a pesar de no haber hecho cumbre. Allí compartimos nuestra experiencia con el resto del grupo en torno a un buen plato de pasta y algunas que otras viandas. El paseo –como siempre – ha merecido la pena.
4ª ETAPA: martes, 3 de agosto de 2010
1º OPCIÓN: Refugio de Respomuso (2.150 m) – Collado de la Facha (2.664 m) – Refugio Wallon- Marcadau (1.865 m)
Desnivel positivo: Unos 514 metros.
Tiempo aproximado: 4 h 30´
Dificultad: Media.
2º OPCIÓN: Refugio de Respomuso (2.150 m) – Collado de la Facha (2.664 m) – Gran Facha (3.005 m) – Collado de la Facha (2.664 m) – Refugio Wallon-Marcadau (1.865 m)
Desnivel positivo: Unos 855 metros.
Tiempo aproximado: 6 h 30´ (3 h. de ascensión)
Dificultad: Media-alta.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
El día de hoy nos ha regalado un tiempo espléndido y parece que el buen tiempo ha levantado los ánimos de todos. De hecho, mientras preparamos las mochilas dispuestos a dirigirnos hacia el refugio Wallon los niños nos sorprenden diciendo que quieren ascender la Gran Facha. Algo que no estaba previsto en el guión. No les decimos ni que sí ni que no: cuando lleguen al collado de la Facha ya veremos qué hacemos.
Iniciamos nuestra marcha siguiendo las marcas rojas y blancas de un camino situado a la izquierda del refugio de Respomuso, dirección sureste. Dejamos a nuestra izquierda el pequeño refugio de Alfonso XIII y, justo después de pasar junto a un cartel que indica que la dirección que llevamos conduce también al collado de Piedrafita y al Ibón Terrabay, el sendero comienza a descender hasta un arroyo que remontamos por su orilla izquierda.
Enseguida llegamos a la altura de una presa y de un puentecito de hormigón, que cruzamos para pasar a la otra orilla. Tomamos la senda de la izquierda y continuamos remontando el arroyo, ahora por su orilla derecha. Llegamos así hasta un cartel en el que aparece escrito Gran Facha y refugio Wallon. Llevamos, pues, la dirección correcta.
A partir de este momento el camino comienza a ascender de forma prolongada y constante remontando el Barranco de Campo Plano hasta alcanzar los ibones de la Facha (2.517 m). Bordeamos los ibones por la derecha y seguimos ascendiendo por una empinada ladera que nos deposita en poco tiempo en el collado de la Facha, a 2.664 metros de altitud. A nuestra derecha se alza el pico Gran Facha, una imponente y altiva mole piramidal de 3.005 metros, también conocida como Grand Fache o Cúspide de Bachimana.
Preguntamos a los niños más mayores a ver si todavía están dispuestos a ascender por esa inmensa arista rocosa y, para nuestra sorpresa, nos responden que sí. Así que mientras los dos niños más pequeños, acompañados de dos adultos, emprenden el camino hacia el refugio Wallon, los demás, cuatro adultos y tres niños de 11 años cada uno, iniciamos el ascenso a la Gran Facha.
Sortear los empinados 341 metros de desnivel y rocas escarpadas y descompuestas que separan el collado de la cima no es tarea fácil acompañados de niños. Existen algunos tramos algo complicados en los que es necesario ayudarse de las manos y un pequeño tramo un tanto expuesto en la arista final. Pero lo logramos. Los niños acaban de coronar su primer 3.000. Están radiantes y llenos de ilusión y no paran de hacer fotos: de la imagen de la Virgen de Lourdes que corona la cima, de los impresionantes laberintos montañosos que se abren ante sus ojos… Todo es distinto y hermoso desde la cumbre.
Durante el descenso hacia el collado de la Facha no paran de hablar de los próximos tresmiles que van a ascender. Es bonito tener ilusiones y sueños por cumplir.
En el collado de la Facha nos detenemos a comer. Allí un cartel nos indica que el refugio Wallon se encuentra a 1 h 45´. Pero los niños, a los que todavía les dura la emoción, dicen que tardaremos menos. Y, efectivamente, así será: en una hora y media escasa acabaríamos realizando el recorrido. Porque querer es poder.
Así que, tras una breve parada en el collado para reponer fuerzas, continuamos la marcha a buen ritmo. Para ello tomamos la HRP (Haute Randonnée Pyrénéene), la cual discurre por un sendero situado a la izquierda del collado de la Facha, bien señalizado con hitos, el cual pasa junto a los lacs de la Fache, ya en territorio francés, y va descendiendo poco a poco siguiendo el curso de un río. El paisaje va cambiando a medida que nos aproximamos a Wallon: la piedra y la nieve va cediendo paso a la hierba y los árboles. Alguna que otra marmota nos saluda por el camino. Llegamos así a un puente de madera junto al cual hay un cartel que nos indica que quedan 15´ hasta Wallon. Aceleramos el paso y llegamos al refugio, donde nos recibe el resto del grupo, tan ilusionado y contento como nosotros. Cenamos y pernoctamos en el refugio. Mañana será otro día.
5ª ETAPA: miércoles, 4 de agosto de 2010
1º OPCIÓN: Refugio Wallon (1.865 m) – Pont d´Espagne
Desnivel positivo: Inexistente.
Tiempo aproximado: 2 h
Dificultad: Fácil.
2º OPCIÓN: Refugio Wallon (1.865 m) – Port du Marcadau o Puerto de Panticosa (2.541 m) – Pico de Marcadau (2.764 m) – Refugio de la Casa de Piedra, en Baños de Panticosa (1.638 m)
Desnivel positivo: Unos 1.000 metros.
Tiempo aproximado: 5h 30´
Dificultad: Media-alta.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Es nuestro último día en Pirineos. Quedamos tres familias formadas por seis adultos y cinco niños. Pero hoy no emprenderemos la marcha juntos. De hecho, ya teníamos previsto que parte del grupo se dirigiera hoy desde Wallon a Baños de Panticosa, lugar donde habíamos dejado un coche el primer día, para posteriormente ir desde allí a recoger los otros dos coches, que se habían quedado en el aparcamiento del Lago Fabrèges. Desde allí se dirigirían a Cauterets a recoger al resto de los integrantes de esta pequeña aventura.
Puesto que la marcha hacia Baños de Panticosa es más dura que la bajada a Pont d´Espagne, son tres adultos los que se aventuran a hacerla. Para ello madrugan más que el resto y salen a primera hora.
Desde el refugio Wallon toman el camino por el que habíamos venido el día anterior hasta llegar al cartel que indicaba que el refugio Wallon se encontraba a 15´. Allí toman el camino que, señalado también en el cartel, indica que el Port de Marcadau se encuentra a 2 h y Baños de Panticosa a 4h 30´. Siguiendo esta dirección llegan al Port du Marcadau (2.541 m) con tiempo y con fuerzas suficientes como para ascender el Pico de Marcadau (2.764 m). Desde allí descienden por la GR 11 pasando por los ibones de Pecico hasta llegar a los embalses de Bachimana. Un cartel junto al Ibón Alto de Bachimana (2.200 m) les indica la dirección y el tiempo que les resta hasta el refugio de Baños de Panticosa: 1h 45´. Siguiendo las marcas rojas y blancas de la GR, continúan por el sendero, bordean el Ibón Alto de Bachimana por su orilla derecha y llegan el embalse de Bachimana Bajo. Sin abandonar la GR 11, continúan el descenso hacia Baños de Panticosa siguiendo un sendero pedregoso muy concurrido que desciende siguiendo el cauce de un río salpicado de bonitas cascadas y pozas de aguas cristalinas y que finaliza junto al refugio Casa de Piedra (1.638), en Baños de Panticosa, donde aprovechan para tomarse unas cervezas bien fresquitas.
Mientras tanto, el resto del grupo, tres adultos y los cinco niños, nos desperezamos un poco más tarde y tomamos el desayuno con toda la tranquilidad del mundo antes de iniciar nuestra marcha hacia Pont d´Espagne, adonde llegaríamos justo en el mismo momento en el que los otros tres se encontraban bebiendo sus cervezas frente al refugio Casa de Piedra. A eso se le llama coordinación.
El camino que conduce del refugio Wallon a Pont d´Espagne, profusamente señalizado y también muy concurrido, no ofrece pérdida alguna. Dicho camino se inicia a la izquierda del refugio y desciende por el Vallée Marcadau siguiendo el cauce del río, el cual hay que atravesar en varias ocasiones por diversos puentes. El asfalto y la estación de esquí de Gaube nos esperan al final del mismo. Y un cartel junto a la estación de esquí nos informa que en Pont d´Espagne estaremos en unos 15´. Allí, junto al gran aparcamiento y detrás de la oficina de información y turismo, cogemos un autobús para recorrer los ocho kilómetros que separan Pont d´Espagne de Cauterets, donde esperamos a que regresen los otros tres integrantes de la expedición que han bajado a Panticosa en busca de los coches.
Y fin.