Rutas por mes

Archivo de noviembre de 2010

Domingo, 28 de noviembre de 2010


Cumbre del Illarragorri o Irumuga

DATOS DE LA RUTA:

Acceso: Ziordia (Navarra), a 552 m de altitud.

Desnivel positivo: 563 m  aproximadamente.

Distancia: Unos 8 km (ida y vuelta).

Tiempo aproximado: 3 h. 15´ (1h 35´ de ascensión).

Dificultad: Media.

Muchas son las denominaciones que ha recibido esta cumbre centenaria situada en los montes de Altzania: Arbarrain, Arbara, Illarragorri, Hirumugarrieta o Irumuga. No obstante, en el catálogo de cimas de Euskal Herria publicado por la Federación Vasca de Montaña en 2007 el nombre de esta cumbre aparece actualizado como Illarragorri/ Irumuga, que es también la denominación oficial que se recoge en el diccionario de topónimos de Euskaltzaindia, quedando descartados así de forma definitiva los topónimos Arbara o Arbarrain, usados durante años.

La ascensión a la cima de este monte, que sirve de frontera natural entre Gipuzkoa, Araba y Nafarroa, puede realizarse desde el embalse de Urdalur, desde la localidad alavesa de Araia o desde el pequeño pueblo de Ziordia. Y es precisamente desde esta última localidad, perteneciente a la Comunidad Foral de Navarra, desde la que emprenderemos nuestra marcha.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA REALIZADA:

Inicio de la ruta

Ziordia es el primer pueblo de Navarra que nos encontramos viniendo de Vitoria por la N-1. Para ascender al Illarragorri no es necesario internarse en esta localidad ya que el punto de partida de la ruta se sitúa justo a la entrada del pueblo, lugar donde nos encontramos con una fuente cobijada bajo la sombra de un hermoso árbol.

Allí iniciamos la marcha tomando una calle cementada situada a la derecha de la fuente, junto a un caserío adornado con un impresionante escudo en cuya fachada aparece inscrito el nombre de la calle en la que nos encontramos: Santa María. Enfrente de nosotros se alzan inexpugnables las magníficas paredes rocosas de las Peñas de Egino, donde existe una conocida y prestigiosa escuela de escalada.

El camino, que asciende dirección norte, pronto nos deposita en el exterior del pueblo, tras pasar junto a las últimas casas y dejar a nuestra derecha una gigantesca nave ganadera. Aproximadamente medio kilómetro después de comenzar a andar nos encontramos con un paso canadiense y una barrera metálica. Lo cruzamos y continuamos por la pista, ahora de tierra y grava,  la cual asciende entre un magnífico bosque poblado de diversas especies autóctonas entre las que destaca el roble y el castaño, y nos deposita a los pies de la gigantesca herida que las máquinas de la cantera han abierto en una de las laderas del monte Gobazpi.

Dejamos atrás la cantera, pasamos junto a la borda Ahuntzaetxe e inmediatamente después nos encontramos con una bifurcación. Tomamos la pista de la derecha, la cual asciende vertiginosamente en medio de un magnífico hayedo, y continuamos ganando altura  rápidamente hasta llegar a un desvío a la derecha marcado con dos flechas verdes pintadas en los troncos de dos árboles situados a ambos lados del camino. Allí se encuentra un cartel con la siguiente inscripción un tanto lúgubre y siniestra: “Gizona hil zaneko pagoa”. Nos encontramos ya a unos 900 m de altitud y seguimos caminando en la misma dirección mientras los niños y algunos adultos, despreocupados y felices, no paran de tirarse bolazos de nieve.

Borda Ahuntzaetxe

Segunda desviación

Primera desviación

Unos metros más adelante una nueva flecha verde pintada en un árbol nos indica que debemos abandonar la pista por la que caminamos para tomar una desviación a la izquierda junto a la cual un cartel nos indica que nos encontramos en “Goiko Gaina”. Estamos, pues, en lo alto del cordal. Es el momento de tomar un tentempié.

Hasta ahora hemos seguido un rumbo predominantemente norte. Pero a partir de este momento continuamos caminando dirección oeste siguiendo las marcas amarillas y rodeados de diversos puestos de caza de palomas en uno de los cuales aprovechan los niños a subirse. Pasamos junto a un cartel donde aparece escrito “Kipular” (1.059 m) y  seguimos adelante hasta llegar a la altura de la alambrada de Ibirigain (1.054 m), que marca la separación entre Navarra y Gipuzkoa.

Goiko Gaina

Alambrada de Ibirigain

Caminamos ahora pegados a la alambrada, que queda a nuestra derecha, hasta que un poco más adelante la cruzamos por un paso habilitado para ello. En un cartel situado al otro lado de la alambrada aparece escrito el nombre del monte al que nos dirigimos: “Ilarragorri”.

A partir de este momento las marchas rojas y blancas de la GR 121 (vuelta a Gipuzkoa) nos conducen sin pérdida alguna hasta un enorme repetidor de televisión junto al cual se encuentra una placa metálica con el mapa de Euskal Herria. Un pequeñísimo y oxidado buzón con forma de casa situado a nuestra izquierda encima de un mugarri marca precisamente el punto de unión de Navarra, Araba y Gipuzkoa. En un cartel situado a los pies del buzón se puede leer “Irumuga”.

Cartel de Illarragorri

Alambrada y mugarri

Atravesamos la alambrada que está junto al  mugarri y, nada más hacerlo, nos encontramos de frente con la cima del Illarragorri/Irumuga, fácilmente identificable por su vértice geodésico y dos buzones dignos de exposición: uno que reproduce una preciosa flor en cuyo interior se esconde una reproducción en miniatura de un frontón; y otro enorme buzón con forma de torre en el cual aparecen los escudos de Navarra, Araba y Gipuzkoa.

En la cima del Illarragorri

Tras las fotos de rigor abandonamos la cima y emprendemos el camino de regreso a Ziordia, no sin antes detenernos en uno de las numerosas txabolas utilizadas por los cazadores que salpican el camino hacia la cumbre. Allí, cómodamente instalados en torno a una acogedora mesa en la cual, al menos, caben todos los niños, aprovechamos para degustar todas las viandas que llevamos en la mochila.

Y así, con los estómagos satisfechos y  el deber cumplido, regresamos contentos Ziordia, donde nos esperan unos cafecitos bien calientes.

DOMINGO, 14 DE NOVIEMBRE  2010

DATOS DE LA RUTA:

Buzón del Tontorramendi

Acceso: Desde el polígono Mijoa, en la localidad de Mutriku (Gipuzkoa)

Desnivel positivo: 350 m.

Distancia aproximada: 7 km

Tiempo: 1h 15’ ida

Dificultad: Fácil

El cordal del Tontorramendi está compuesto por una serie de lomas que componen la sierra de Arno y que mueren en las en aguas del Cantábrico. Su altura es inferior a cuatrocientos metros, pero son suficientes para separar Ondarroa de Mutriku y hacer de frontera natural entre Bizkaia y Gipuzkoa.

La ascensión habitual a este monte parte desde la localidad vizcaína de Ondarroa. Nuestra intención es partir desde la ermita de San Jerónimo pero, como en las inmediaciones de la ermita no hay sitio para aparcar, partiremos desde el polígono Mijoa, en Mutriku (Gipuzkoa).

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:

Dejamos los coches aparcados en el polígono de Mijoa (carretera Ondarroa-Mutriku), junto al bar que lleva su mismo nombre. Después de calzarnos las botas, ponernos las chamarras y abrir nuestros paraguas, comenzamos a caminar con la esperanza que la lluvia nos diese un poco de tregua. ¡Pobres ilusos! Los meteorólogos habían anunciado lluvia y últimamente no se equivocan mucho. Como bien dice un menditxikizale: “los domingos malditos”.

Por la carretera

Subiendo

Así pues, nos dirigimos a la carretera y comenzamos a caminar por el arcén dirección Mutriku, buscando la ermita de San Jerónimo. Pronto la encontraremos a la derecha, bien pegadita a la carretera. La dejamos atrás y poco después encontramos, a la derecha también,  un camino de asfalto que atraviesa el arroyo Aldabe. Tras el puente del arroyo un cruce  que seguiremos dirección Mizkia Auzoa, como nos indica un cartel. Continuamos la ascensión por esta pista de cemento sin abandonarla en ningún momento. Esta se hace un poco lenta porque en varias ocasiones nos tenemos que parar a un lado de la carretera para dejar pasar la cantidad de coches que suben y bajan. Unos, suponemos, son gente que vive en los caseríos de la zona y otros cazadores que vienen de regreso. ¡Ni la Gran Vía bilbaína!

Siempre subiendo, llegamos al collado de Elordi. Aquí se convierte, la pista, en un tramo bastante llano. Seguimos caminando y poco después encontramos, a nuestra derecha,  la bifurcación donde se encuentran un cruce de señales que indican: GR-121 y Saturraran 3Km.

Cartel

Camino de barro

Nos adentramos por este camino entre pinares, llegando enseguida a otra bifurcación que sigue marcando, a la derecha, la GR. Nosotros omitimos esta y seguimos por la izquierda para, poco después, coger el camino lleno de barro que se encuentra a nuestra derecha. Nuestras botas, hasta ahora limpias, se manchan de barro pero solo un poco ya que el resto del camino lo hacemos sin él y divisando los puestos de caza que se encuentran camuflados de color verde a la izquierda del camino.

Así llegamos a la cima del Tontorramendi, en el cual se encuentra un vértice geodésico y un buzón-torre del grupo  Aurrerako Mendizaleak.

En la cima

Después del tentempié de rigor hacemos el descenso  por la vertiente norte del barranco de Aldabe. Poco después llegaremos a un camino de cemento que sirve de servicio a unas torres repetidoras. Cruzamos esta la pista y seguimos por el camino de tierra siguiendo las marcas rojas, blancas y amarillas que nos llevarán directamente al collado de la ermita de Santikurutz. Aquí hacemos un alto en el camino para comer y descansar un poco de la lluvia, ya que en la ermita hay unas mesas de cemento cubiertas que permiten que nuestros bocadillos no se mojen. Desde aquí podemos contemplar las bonitas vista que hay del puerto de Ondarroa.

Puerto Ondarroa

Ermita Santikurutz

¿Ondarroa?

Volvemos sobre nuestros pasos y atravesamos una verja a la izquierda. El camino de bajada es un continuo zig-zag que nos lleva derechos al caserío Doiztu Goikoa. Desde aquí el camino se vuelve a convertir en cemento y, sin pérdida ninguna, al polígono Mijoa donde se encuentran nuestros coches.

Cafelito en el bar del frontón de Berriatua y para casita.

Excursión mañanera y pasada por agua, pero hemos quedado satisfechos de poder llegar al buzón. Hemos salido de casa, respirado aire puro y hemos hecho deporte.

También ha hecho bastante deporte una sirena playmobil de unos de nuestro txikis, que se ha pasado todo el camino cayendo y subiendo al paraguas de su dueño.

Domingo, 7 de noviembre de 2010

DATOS DE LA RUTA:

Buzón del Repico

Acceso: Arriano, localidad alavesa situada a 760 m. de altitud. Para llegar allí desde Bilbao hay que coger la salida 5 de la AP-68. Inmediatamente después de pasar el peaje tomamos la A-3314 dirección Izarra y, una vez atravesado el pueblo, continuamos por la misma carretera dirección Zuatzu-Kuartango. Posteriormente nos incorporamos a la A-3316 hasta encontrarnos con una desviación hacia la A-4325 en la que un cartel nos indica que nos resta un kilómetro hasta Arriano.

Desnivel : 430 m de desnivel positivo aproximadamente.

Distancia: Unos 10 km (ida y vuelta).

Tiempo aproximado: 1 h. 30´ de ascensión.

Dificultad: Media-baja.

El Repico (denominación oficial de este monte, según Euskaltzaindia) es, con sus 1.187 m de altitud, la cumbre más elevada de la sierra de Árcamo, situada en el occidente alavés. Se trata de un macizo cárstico catalogado como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) e incluido dentro del Catálogo de Paisajes Singulares y Sobresalientes de la Comunidad Autónoma del País Vasco, lo que da fe de su altísimo valor paisajístico y ambiental. Un lugar con encanto jalonado de numerosas cuevas que esconden misteriosos secretos y rincones apartados en los que reina el silencio más absoluto.

La ascensión a esta cima de roca caliza se puede iniciar desde Karkamu (654 m), Fresneda (590 m) o Arriano (760 m), siendo esta última opción, la más sencilla y una de las más habituales, la elegida por nosotros en este desapacible primer domingo de noviembre.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA REALIZADA:

Llegamos a Arriano bastante más tarde de lo previsto. Y es que nuestros GPS estaban hoy empeñados en conducirnos a este pequeño pueblo alavés tomando la salida 6 de la AP-68 sin saber que a la altura de Subijana-Morillas la carretera se encontraba cortada. Así que allí no tuvimos más remedio que darnos la vuelta y coger de nuevo la autopista dirección Bilbao para tomar la salida 5. Ya se sabe: problemas del directo –como dicen en televisión.

Cartel al inicio del camino

En Arriano nos recibe un cielo plomizo y amenazante que no impide que emprendamos la marcha con buen ánimo e ilusión. Dejamos los coches aparcados al final del pueblo, junto a un lavadero en el que un cartel blanco con las palabras “Repico” y “Cruceta” nos indica la dirección  que debemos tomar: una pista cementada situada a la derecha del citado cartel. Ningún problema, pues, para coger desde el principio el camino adecuado.

El cemento muy pronto desaparece para dar paso a un ancho camino de tierra. Los impresionantes murallones calizos de Peña Colorada se alzan inexpugnables a nuestra derecha.

En pocos minutos llegamos a una barrera metálica y, tras rebasarla, tomamos el camino de la izquierda, que asciende en prolongada pendiente entre pinos y hayas remontando el barranco Melaria hasta conducirnos, tras describir varias curvas, a una nueva bifurcación. Aquí cogemos el vial de la derecha, marcado con un hito, que llanea durante escasos metros antes de finalizar junto a otra puerta metálica, que debemos cruzar.

Primer desvío

Caminando entre hayas

Inspeccionando un fósil encontrado

Segunda desviación

Estamos ya en la parte alta de la sierra, junto al pozo Portillo o Melaria (1.090 m),  un pozo con paredes cementadas convenientemente vallado  a cuyos pies se halla una placa en la que podemos leer su fecha de restauración: el 14 de febrero de 2004.  El día de los enamorados. Qué curioso.

Rebasamos el pozo Portillo por la izquierda y nos encontramos con un vasto valle: es el poljé de Navazuza (1.068 m). Se denomina así a una depresión de origen cárstico de fondo plano y tamaño considerable que suele estar recorrida por un riachuelo. En este caso no tenemos ningún río visible que recorra esta depresión pero sí un abrevadero para ganado y, a su derecha, una poza. Desde este punto nacen varios senderos que nos conducen sin dificultad alguna a  las numerosas cumbres que se alzan en este recóndito lugar de Álava, ninguna de las cuales supera los 1.200 m de altitud: Peña Colorada (1.131 m), Kruzeta (1.171 m),  Alto Coronas (1.172 m), Risco Malo (1.175 m),  Repico (1.184 m)…  Y es a este último monte, el más elevado de la sierra, hacia el que dirigimos nuestros pasos.

Pozo Portillo y Poljé de Navazuza al fondo

Para ello continuamos adelante, siguiendo un camino herboso que pasa entre el pozo Navazuza y el abrevadero. La cumbre del Repico, erguida sobre un pequeño cordal calizo salpicado de hayas y pinos silvestres,  se alza enfrente de nosotros.

Atravesamos una zona casi fantasmagórica poblada de árboles muertos entre los que emerge más de un haya de singular belleza y, tras pasar junto a los restos de los muros de una antigua majada, llegamos por un sendero evidente al collado situado entre Risco Malo y Repico.

Haya

Naturaleza muerta

Una vez llegados a este punto tan solo hay que seguir los hitos que continúan hacia la izquierda para alcanzar la cumbre del Repico, coronada por un pequeño buzón del Gasteiz y un vértice geodésico. La lluvia, que nos ha ido acompañando a intervalos durante buena parte del camino, comienza a descargar con más fuerza, así que no permanecemos más que unos pocos minutos en la cima.

Caminando hacia el Repico

En la cima

Entrando en la cueva Repico

En el interior de la cueva

Pero, en lugar de regresar por donde habíamos venido, optamos por descender por un sendero que se dirige, dirección NE, hacia el poljé de Navazuza. Creemos que por este sendero encontraremos la cueva de Repico (1.122 m), una de las muchas que salpican estos parajes. Y no nos equivocamos: escasos minutos después de descender de la cima del Repico encontramos la entrada de la cueva, lo cual es motivo de algarabía y regocijo para los niños.

Entramos en la amplia cueva, donde podemos comer con tranquilidad bien resguardados de la lluvia. Los niños están encantados. La verdad es que hace falta bien poco para hacerlos felices.

Pero ya es hora de regresar. Así que retomamos la senda por la que veníamos de la cima, esta vez con los paraguas cerrados. Pero por poco tiempo porque, justo antes de llegar al pozo Portillo nos sorprende el granizo y, más adelante, la lluvia, nuestra compañera omnipresente desde hace ya varios domingos. No importa. Estamos acostumbrados y, sobre todo, estamos ya descendiendo y no muy lejos de los coches. Cuando llegamos a Arriano ya ha dejado de llover y podemos dar por cumplido el objetivo del día: disfrutar del monte y, sobre todo, de la buena compañía.

Ruta y perfil de la marcha realizada

(Para ampliar la imagen pincha sobre ella y, a continuación, vuelve a hacer click encima)