Archivo de octubre de 2011
DOMINGO, 30 DE OCTUBRE DE 2011
DATOS DE LA RUTA
ACCESO: Aparcamiento de Belauztegi, situado a 670 m de altitud. Desde el barrio de Ibarra en Orozko.
DESNIVEL: 832 m.
DISTANCIA: 11 Km aprox.
Ha amanecido un día soleado y fresco y todo hace presagiar que disfrutaremos de un magnífico día otoñal, la estación, que en opinión de muchos es la mejor para disfrutar de la montaña. Tras el habitual encuentro en la gasolinera de Arrigorriaga, ponemos rumbo a Orozko, dejamos a un lado el barrio de Zubiaur, seguimos en dirección al barrio de Ibarra y poco después de atravesar este barrio y junto al antiguo molino de Usabel comienza una pista que nos llevará hasta el área recreativa de Belauztegi. Nos asustamos un poco al ver la cantidad de coches aparcados en las inmediaciones del citado molino y la cantidad de gente que transita por la pista. Es evidente que hoy hay algún acontecimiento por la zona y empiezo a temer que arriba el aparcamiento, que no es muy grande, esté completo. Afortunadamente no es así, la fiesta de la castaña, que este era el evento de hoy, no se encamina hacia cotas tan altas.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO
La ruta propiamente dicha, comienza en el aparcamiento de Belauztegi, una de las entradas al Parque Natural del Gorbea menos frecuentadas y que nos permite ganar altura y “atacar” algunas de las cumbres más emblemáticas de este macizo con bastante comodidad. Tras aparcar los coches, comenzamos nuestro “paseo” de hoy por la misma pista por la que hemos subido en coche. Comienza nuestro camino superando las fuertes rampas que nos llevarán hasta el collado de Argindegorta y la cercana majada de Austengarmin. Durante toda la subida, vamos contemplando la espectacular mole caliza de Itxina en su pared oeste, afortunadamente hoy la podemos admirar además iluminada por una intensa luz otoñal. Antes pasamos por los pastos de Algorta, junto a unos corrales, donde los ganaderos hoy están “desparasitando” las ovejas.
Desde el collado de Argindegorta, son varios los caminos que podemos tomar, nosotros nos dirigimos hacia el Ipergorta, sin embargo, en vez de continuar por la pista y atravesar la incomparable majada de Austengarmin, como indica el cartel, tomamos un “atajo” en dirección E, que nos lleva por un terreno calizo a un precioso refugio y que una vez dejado atrás nos deposita otra vez en la pista que salía junto al poste de señales.
Continuamos por la pista, sin pérdida posible, hasta el collado de Ipargorta, lugar que nos ofrece unas incomparables vistas sobre el Gorbea, Aldamin, el valle de Zastegi al frente y detrás la majada de Austegarmin. Giramos a nuestra izquierda (ENE), y avanzamos por el cordal, hasta la cercana y herbosa cima del Ipargota (1.235 m) con sus dos buzones y su mesa de orientación. Desde aquí ya podemos contemplar la cercana cima del Gorosteta que a diferencia del Ipargorta, es una cumbre rocosa y abrupta. Aprovechando el magnifico día y la comodidad de la alfombra herbosa que es esta cima, decidimos hacer nuestra habitual parada para reponer fuerzas. En seguida aparecen frutos secos, embutidos diversos, quesos, galletas y frutas variadas que degustamos con avidez.
Reanudamos la marcha todavía por terreno herboso y nos dirigimos, casi sin perder altura, hacia el cercano collado que separa ambas cumbres. Nos acercamos hasta la base del Gorosteta donde comienza la roca y donde dejaremos nuestras mochilas antes de encaramarnos a la cumbre. Empieza ahora una ascensión muy corta pero incómoda, donde conviene seguir las marcas que llevan a la cumbre para evitar hacer equilibrios por terrenos aun más incómodos y peligrosos. Vamos avanzando poniendo cuidado de no tropezar o meter el pie en alguno de los innumerables agujeros que se forman en este laberinto de roca. Poco a poco, vamos reuniéndonos junto al buzón del Gorosteta (1.261 m) estamos en una de los vértices que forman el entramado calizo de Itxina y que nos ofrece unas formidables vistas sobre todo el macizo, las campas de Arraba, Gorbea, Aldamin, Lekanda, Azkorrigan etc.
Tras las fotos de rigor, volvemos sobre nuestros pasos y otra vez con mucho cuidado atravesamos el lapiaz, para llegar poco después a la ansiada hierba. Es un poco tarde, y aunque nuestra intención era bajar a las campas de Arraba por el paso de Mandobide, comer allí y volver por el paso de Kargaleku visitando las neveras de Itxina, decidimos por prudencia (se nos haría muy tarde), buscar un lugar cercano para comer y disfrutar del cálido sol otoñal. En seguida lo encontramos y comienza de nuevo el ritual, aparecen quesos, embutidos, tortillas, vinos, tartas y todos nos afanamos en la más importante “tarea” del día, disfrutar de una grata comida y de una no menos grata tertulia. Nuestros hijos comen rápido y disfrutan jugando y subiéndose a las hayas que nos rodean.
El tiempo ha pasado rápido y debemos volver. Tras recoger nuestros bártulos, nos ponemos en marcha, pero antes decidimos visitar “Neberabarri”; un puente con un gran arco de medio punto construido sobre una gran sima, desde el que se izaba la nieve. Es uno de los principales patrimonios arqueológicos del Gorbea. Para ello tenemos que adentrarnos en el formidable laberinto kárstico de Itxina. Sabemos que un sendero atraviesa Itxina desde Kargaleku y llega hasta la base del Gorosteta, donde nos encontramos, pasando por Neberabarri, así que, iniciamos la búsqueda de este sendero por donde intuimos que tiene que estar, tras una corta búsqueda uno de los miembros del grupo encuentra unos hitos para más tarde encontrar unas marcas rojas, más hitos y trazas de sendero. De esta forma decidimos adentrarnos en Itxina a la búsqueda de este emblemático lugar. El sendero esta poco pisado y resulta incómodo andar por él, sin embargo, la belleza de este lugar, hoy iluminado por la suave luz del atardecer, compensa nuestras pequeñas penalidades. Avanzamos sin perder en ningún momento las marcas y los hitos ya que es este un lugar en el que es fácil perderse. Algunos miembros del grupo se impacientan mientras la tarde avanza sin que lleguemos a nuestro objetivo, viendo lo avanzado de la hora y la incertidumbre de encontrar “Neberabarri” decidimos volver sobre nuestros pasos. Queda pendiente, por tanto, esta visita que dejamos para otra ocasión.
Tras remontar hasta el collado que separa Ipargorta y Gorosteta, iniciamos el descenso siguiendo el mismo itinerario de subida disfrutando de un precioso atardecer y unas formidables vistas. Sin más contratiempos llegamos de nuevo al aparcamiento.
Gran jornada montañera, completa, variada, entretenida y muy, muy agradecida. Queda pendiente la localización y visita de “Neberabarri” pero seguro que tendremos más oportunidades.
Domingo, 23 de octubre de 2011
ACCESO: Desde Villoslada de Cameros (La Rioja)
Un reducidísimo grupo de Menditxiki, aprovechando nuestra estancia en Soto en Cameros, decidimos ascender a la Mesa de Cebollera (2.163 m) y algún otro cercano dosmil si las condiciones climatológicas lo permiten.
Salimos de Soto en Cameros tempranito para poder estar de vuelta a una hora prudencial. Nos dirigimos a la ermita de la Virgen de Lomos de Orios (1.430 m), punto de inicio de nuestra ascensión. La mañana se presenta ventosa y no muy fría en los valles, donde luce el sol, sin embargo, cuando llegamos a la ermita, vemos que las cumbres de la sierra Cebollera se presentan cubiertas por nubes que se mueven a gran velocidad, presagio de fuertes vientos y bajas temperaturas en las cumbres.
Una vez preparadas nuestras mochilas, comenzamos nuestra ruta por una ancha pista que sale de la misma
ermita. Tras remontar durante un kilómetro y en una curva, cogemos un cortafuegos (ESE) que nace al fondo del valle. Sin perdida posible, lo remontamos a ritmo fuerte y constante, ganando altura rápidamente. Pronto y tras atravesar un pequeño bosque de pinos (hitos) alcanzamos el collado del Aspa (1.915 m), la temperatura todavía es buena y disfrutamos de unas hermosas vistas sobre el valle. Giramos a nuestra derecha por el cordal cimero (SSO) atravesando un zona rocosa (hitos) y pronto alcanzamos nuestra primera cumbre, Cueva Grande (2.081 m). Aquí las condiciones climatológicas cambian bruscamente. El espolón que acabamos de superar, para hollar la cumbre, nos protegía del fuerte viento del suroeste, manteniendo la ilusión de unas condiciones más benignas.
Tras parar para abrigarnos y protegernos del viento, continuamos ESE hacia el Gamella, envueltos en una niebla no muy espesa. A partir de aquí debemos guiarnos por los hitos y el sendero que se va difuminando. Afortunadamente, Javi lleva un GPS con la ruta marcada y esto además de ayudarnos, nos da una gran seguridad, ya que en este cordal, que más bien es una ancha meseta, es fácil perderse en estas condiciones. Pronto pasamos por la Gamella (2.102 m) segundo dos mil del día.
Tras esta cumbre y siguiendo la misma dirección, llegamos ahora sin sendero evidente pero sí con hitos, a otro espolón rocoso que superamos con facilidad. A partir de aquí, desaparecen lo hitos y ya solo nos guiamos por el GPS. Envueltos en la fina niebla y soportando un fortísimo, frío e incómodo viento aparece entre la niebla el vértice geodésico y el pequeño buzón de la Mesa de Cebollera (2.163 m), máxima altura de la sierra. Nos hacemos las fotos de rigor y buscamos un lugar al socaire para poder hacer el correspondiente tentempié.
Nuestra primera idea era continuar hasta el Pico Cebollera, que aun no siendo el monte más alto, sí es el más emblemático y hacer, de esta forma, una ruta circular. Sin embargo, dadas las condiciones climatológicas que nos impedirían disfrutar del paisaje que nos rodea, decidimos volver sobre nuestros pasos, siguiendo otra vez las indicaciones del GPS. Deshacemos el camino y al igual que a la ida, cuando descendemos el espolón rocoso del Cueva Grande, cesa el viento y sale el sol como por arte de magia. Descendemos por el cortafuegos y llegamos al coche contemplado el hermoso hayedo que nos muestra todo su esplendor otoñal.
Domingo, 23 de octubre de 2011
DATOS DE LA RUTA:
ACCESO: Zamundi, barrio de Alonsotegi (Bizkaia) situado a unos 225 m de altitud. Se puede llegar hasta este lugar a pie o en coche siguiendo una pista hormigonada que nos encontramos después de atravesar el paso a nivel de la ruta ferroviaria de Alonsotegi, que cubre el trayecto Bilbao-Santander. Esta estrecha pista, de unos 2 kilómetros de longitud, presenta unas fuertes pendientes que superan el 20% en algunos tramos.
DESNIVEL POSITIVO: 510 m.
DISTANCIA: 7 km 300 m.
TIEMPO APROXIMADO: 2 h 45 min (1 h 30 min de ascensión).
DIFICULTAD: Fácil.
El Ganeroitz es, a pesar de sus modestos 561 m, el punto culminante de la sierra de Sasiburu, un suave cordal de cimas redondeadas y herbosas que se extienden entre Barakaldo y Alonsotegi y que constituyen un mirador privilegiado desde el que se puede contemplar el Gran Bilbao, El Abra, los montes de Triano y el macizo del Ganekogorta.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO
Tras reunirnos en un parking situado en Alonsotegi y reorganizarnos en unos pocos coches, nos dirigimos hacia el barrio de Zumandi, lugar al que se accede por una estrecha pista hormigonada que arranca una vez cruzadas las vías de la estación ferroviaria de Alonsotegi. Numerosas indicaciones por el camino nos permiten llegar sin problemas hasta este enclave completamente apartado de la civilización.
En Zumandi apenas hay espacio para aparcar los coches, pero el dueño de un caserío allí situado nos cede amablemente la parte posterior de su vivienda para que podamos apelotonar los vehículos en los que nos hemos desplazado. Lo cual da buena fe de que, en medio de la vorágine materialista e individualista en la que nos ha tocado vivir, todavía hay sitio en este mundo para la bondad y para la generosidad.
En este lugar tomamos una pista cementada que asciende dirección oeste, siguiendo para ello las marcas rojas y blancas que nos han ido acompañando durante toda la subida hasta Zumandi. En pocos minutos llegamos a la ermita de Santa Quiteria, construida en 1914 y junto a la cual se encuentra un área recreativa con bancos y unas vistas magníficas. Dejamos la ermita a nuestra izquierda y torcemos a la derecha siguiendo las indicaciones de un cartel en el que podemos leer que Sasiburu se encuentra a 2´4 km por la PR BI 101.
Este camino, ancho al principio, se adentra en un encinar y se va estrechando paulatinamente en suave y prolongada pendiente hasta llegar a un nuevo cartel que nos indica que Sasiburu se encuentra a 1´7 km. En este punto giramos a la derecha, dirección este, y continuamos nuestra marcha por una ancha pista que rodea el karst de Peñas Blancas.
Poco después la pista por la que caminamos desemboca en otra pista que la corta en diagonal. Estamos en el Copetillo, a 359 m de altitud.
Si continuáramos por nuestra derecha alcanzaríamos las cimas del Sasiburu (456 m) y Arroletza (454 m). Sin embargo, la dirección que tomamos nosotros es justamente la contraria: giramos a la izquierda, pero no para continuar por la pista sino para ascender por un camino de tierra que discurre paralelo a una alambrada y que nos deposita junto a una gran cruz blanca situada en lo alto de una loma en cuya punta descubrimos la imagen de la Virgen de Begoña escondida dentro de una pequeña hornacina. Una placa allí situada nos recuerda que dicha cruz fue colocada el 28 de mayo de 1967 por el grupo alpino Goiko Mendi de Alonsotegi. Y parece ser que a esta elevación montañosa situada a 391 m de altitud se la conoce popularmente con el nombre de Goikomendi en honor precisamente al grupo montañero que erigió esta cruz, si bien la denominación correcta de este enclave es El Humilladero.
En cualquier caso, sea cual sea su verdadero nombre, nosotros aprovechamos el lugar y el momento para fotografiarnos junto a esta cruz cuya blancura inmaculada contrasta con el refulgente verdor que la rodea por los cuatro costados.
Tras esta breve parada, proseguimos nuestro recorrido avanzando hacia adelante, dirección sureste, y descendemos la pequeña loma que hemos subido para situarnos de nuevo en la pista que habíamos abandonado unos minutos antes. Cruzamos la pista y ascendemos de nuevo hasta llegar a una zona kárstica que abandonaremos al cabo de unos minutos para descender unos escasísimos metros y situarnos así enfrente de la entrada de una majestuosa cueva, inigualable testimonio geológico de la actividad minera que vivió esta zona hace décadas.
Nos adentramos en la cueva por una enorme cavidad y, tras deslizarnos entre sus galerías y realizar alguna pequeña trepada, llegamos al exterior de la misma por una estrecha salida casi oculta entre la maleza.
Desde este extremo de la cueva hasta el pequeño buzón de Peñas Blancas (469 m), que emerge en lo alto de una roca, apenas restan unos metros y hacia allí dirigimos nuestros pasos. Tras pasar junto a este pequeño buzón casi sin detenernos (los niños, que hoy andan un poco embalados), continuamos avanzando dirección sureste con los ojos puestos hacia el Ganeroitz, que se alza enfrente de nosotros, custodiado por el inconfundible Eretza.
Descendemos desde Peñas Blancas hasta el collado que separa esta cima de la vertiente norte del Ganeroitz y, tras un breve tentempié, comenzamos a ascender la empinada pero corta loma de hierba que nos separa de la cima de este monte, coronada por un vértice geodésico, un lauburu, un buzón completamente oxidado y otro buzón en mejor estado colocado allí por el Erandioko Mendigoizaleak el 25 de mayo de 1993. Y, cómo no, una foto de grupo con el impresionante cortafuegos del Eretza a nuestras espaldas cerrando el horizonte.
A continuación regresamos sobre nuestros pasos buscando un lugar donde comer resguardados del sol y del viento. Y lo encontramos, por supuesto. Concretamente, en la pista que conduce a Santa Águeda, situada más allá del Copetillo. Y desde allí ya nos dirigimos de nuevo a Zamundi, siguiendo el mismo camino por el que habíamos venido.