Rutas por mes

Archivo de noviembre de 2011

Domingo, 27 de noviembre de 2011

DATOS DE LA RUTA:

Cima del Alleko

ACCESO: Alto del puerto de Lizarrusti (622 m), situado en la NA-120 que une la localidad guipuzcoana de Beasain con Etxarri Aranatz, en Navarra.

DESNIVEL POSITIVO: 417 m.

DISTANCIA: 7´15 km (ida y vuelta).

TIEMPO APROXIMADO: 2 h (1 h 10 min de ascensión).

DIFICULTAD: Ascensión fácil, si bien es conveniente no internarse en el hayedo en días de niebla.

Enclavado dentro de los límites del Parque Natural de Aralar, es el Alleko una modesta y poco frecuentada cumbre de 1.108 m que sirve de frontera natural entre las provincias de Gipuzkoa y Navarra. Pese a no ser una cima destacable, su visita nos adentra en un interesante paisaje cuajado de hayas y laberínticos karsts de indiscutible e incuestionable belleza.

Descripción del recorrido realizado:

Aparcamiento en Lizarrusti

Dejamos los coches en un amplio aparcamiento situado a la izquierda del Centro de Interpretación del Parque Natural de Aralar, que se levanta en el puerto de Lizarrusti, una de las puertas de acceso más habituales a algunas de las grandes cimas de la sierra de Aralar, como el Putterri, Pardarri, Ganbo, o Irumugarrieta, entre otras. No obstante, nuestro objetivo del día no va a ser ninguna de las cumbres citadas sino el modesto Alleko. Porque no hay monte que no se merezca una visita.

Y para alcanzar este objetivo del día llevamos grabados dos tracks diferentes en dos GPS distintos, de lo cual se deduce que la ascensión al Alleko desde Lizarrusti puede llevarse a cabo de distintas maneras. Y, como es preciso elegir una de ellas, optamos por la que mejor nos parece y comenzamos a andar.

Cruzando la puerta de madera

Así que cruzamos una puerta de madera situada detrás del Centro de Interpretación del Parque Natural de Aralar y comenzamos la excursión siguiendo una pista balizada con las marcas rojas y blancas de la Vuelta a Aralar (GR 20.1) que avanza dirección noroeste,  la cual conduce también al embalse de Lareo. Esta pista, de tierra y gravilla, avanza entre árboles para más adelante estrecharse al llegar a la altura de la muralla caliza del Lizarrustiko Haitzak (750 m), donde se han abierto algunas vías de escalada deportiva.

Antes de llegar a un estrecho túnel horadado en la roca, nos encontramos a la derecha con un sendero que, según un cartel allí situado, tiene como destino el Allekoko borda, situado 26 min de caminata y 700 m de desnivel.

Desvío

Cartel

Tomamos este estrecho sendero de tierra y hierba que sortea entre zig-zags un fuerte desnivel antes de depositarnos en lo alto de un bosque. Lo cruzamos de frente siguiendo un hito allí situado y las marcas verdes y blancas. Craso error, porque muy pronto nos percatamos de que nos estamos desviando de nuestro objetivo. Así que, llegados a este punto, sólo nos quedan dos opciones: o nos damos la vuelta o improvisamos sobre la marcha. Y optamos por la segunda alternativa.

Por el bosque

Así que giramos a la izquierda abandonando esas marcas verdes y blancas que nunca debimos seguir y caminamos por el bosque sin ninguna referencia más que nuestra propia intuición. Sorteamos poco después un resalte de roca y llegamos a un cortado desde el cual se ve en la lejanía el embalse de Lareo a nuestra izquierda, el Aratz y el Aizkorri a nuestras espaldas y la característica silueta del Beriain a nuestra derecha. Podría ahora hablar aquí de la espectacularidad de las vistas y de la grandiosidad del paisaje, pero omitiré cualquier alusión que pueda pecar de cierto tono lírico porque luego hay algunos que yo me sé que me toman el pelo, los muy traidores.

Tras un pequeño descansito y unas risas que nos echamos a cuenta de las ocurrencias que tienen algunos hablando con los talkies, seguimos avanzando por este inmenso bosque de hayas dirección este hasta que llegamos –a mí me pareció que milagrosamente, pero algunos lo tenían muy claro– a la cima del Alleko, coronada por dos buzones montañeros, que representan un caserío y un reloj de sol, y los restos de lo que en sus mejores tiempos sería un vértice geodésico.

Unas fotos en la cumbre y a comer, que el hambre apremia.

En la cumbre del Alleko

Y, tras la opípara comida de costumbre, decidimos regresar a Lizarrusti siguiendo el segundo track que teníamos grabado en el otro GPS. Más que nada por variar un poco.

Camino de descenso

Así que descendemos del Alleko por el lado opuesto al que hemos subido, dirección este, con los ojos puestos en el Puttarri, que –dicho sea de paso– en otra ocasión no se nos escapa. Y cuando todavía no hemos caminado más que unos pasos, el GPS nos dice que debemos torcer a la izquierda y miramos a la izquierda y resulta que hay un sendero. Qué curioso. Caminamos otros pasos más y el GPS nos dice que debemos comenzar a descender por nuestra derecha. Y entonces dirigimos nuestros ojos a la derecha y resulta que hay otro sendero. Sorprendente, pero cierto. Hay que ver qué listos son los GPS.

Así que, obedientes que somos, comenzamos a descender por donde nos ha dicho nuestro aparatito electrónico a través del bosque siguiendo los mugarri que marcan la frontera entre Gipuzkoa y Navarra, hasta que llegamos a una ancha pista que corta perpendicularmente la senda apenas dibujada entre las hojas caídas de los árboles por la que descendíamos.

Aquí el GPS nos dice que debemos torcer a la derecha. Y así lo hacemos. Y a partir de aquí el camino es evidente: sólo hay que seguir las marcas rojas y blancas profusamente diseminadas en medio del espectacular hayedo vestido de ocres otoñales que nos acaban depositando sin problemas en el parking de Lizarrusti. Hemos llegado a él por el lado opuesto al que hemos subido describiendo así una interesante ruta circular. Fin de la excursión. Objetivo cumplido.

Sábado, 26 de noviembre de 2011

DATOS DE LA RUTA:

Beriain

ACCESO: Unanu (640 m), pequeña localidad enclavada en pleno corazón del valle de Ergoiena, en la Comunidad Foral de Navarra.

DESNIVEL POSITIVO: 924 m.

DISTANCIA: 11 km 200 m (ida y vuelta).

TIEMPO APROXIMADO: 2 h 15 min  de ascensión (1 h 55 min al Ihurbain y 20 min más al Beriain).

DIFICULTAD: Media. Pendientes de fuerte desnivel y presencia de piedra suelta en el último tramo, lo cual puede dificultar el ascenso y el descenso.

El Beriain, conocido popularmente como San Donato debido a la ermita del mismo nombre erigida en su cumbre, es el punto álgido de la impresionante y majestuosa sierra de Andia. Se trata de una montaña de espectacular belleza que emerge desafiante desde el fondo del valle como un gigantesco coloso de piedra que parece querer tocar el cielo con la punta de sus dedos rocosos.

La ascensión a esta altiva montaña de llamativa estampa puede llevarse a cabo desde distintos puntos de la geografía navarra (puerto de Lizarraga, Huarte Arakil, Goñi…), si bien nosotros hemos optado en esta ocasión por la tradicional subida desde el pueblo de Unanu, siguiendo para ello un sendero siempre ascendente que serpentea entre hayas y sortea una aparentemente infranqueable muralla rocosa para acabar depositándonos en una amplia meseta con forma de buque en cuya proa se sitúa la punta del Ihurbain, y en cuya popa se alza la ansiada cumbre del Beriain y su famosa ermita.

Buzón del Ihurbain

Cumbre del Beriain

Descripción del recorrido realizado:

Dejamos aparcados los coches junto a la iglesia de Unanu, en la calle San Pedro, y desde allí nos dirigimos hacia la parte alta del pueblo, siguiendo para ello una calle cementada. Muy pronto desaparece el cemento para dar paso a una amplia pista forestal de tierra y gravilla que asciende en suave pendiente describiendo amplias curvas. Llegamos así en pocos minutos a una portada metálica de color verde que cruzamos para seguir avanzando por la pista mientras contemplamos, admirados, los impresionantes farallones rocosos del Ihurbain, que se alza como una muralla inexpugnable por encima de nuestras cabezas.

Portada metálica

Hacia el Beriain

Al cabo de unos 25 minutos la pista por la que caminamos nos deposita junto a la fuente Iturtxiki, a 815 m de altitud. Junto a ella hay un pequeño rellano donde nos encontramos con varios coches aparcados. Obviamos la pista situada enfrente de la fuente, que gira a nuestra derecha, y continuamos de frente dirección norte.

Desvío a la izquierda

Pocos metros después abandonamos la pista para internarnos, dirección NE, en un sendero de tierra situado a nuestra izquierda, señalizado con un hito. Comienza en este momento una prolongada pendiente que cruza el hayedo y que muy pronto desemboca en otro sendero que lo corta perpendicularmente. Continuamos nuestra marcha por la izquierda siguiendo una senda que discurre entre este magnífico bosque de hayas, la cual va ganando altura de forma progresiva hasta llegar a un amplio rellano herboso y despejado (997 m), enfrente del cual se puede ver con total claridad la pequeña senda que serpentea entre las rocas para superar la impresionante muralla rocosa del Ihurbain y del Beriain.

Último tramo de la ascensión

Un pequeño descanso para reponer fuerzas antes de dirigir nuestros pasos hacia esa estrecha senda, hoy bastante concurrida. El ascenso por ella lo hacemos con evidente lentitud. Ya se sabe: la roca, que está bastante suelta; el calor, que aprieta un poco a pesar de ser finales de noviembre; la noche anterior en el albergue de Etxarri-Aranatz, que ha sido poco reparadora para algunos… En resumen: excusas.

No obstante, seguimos avanzando, siempre mirando al frente, como tiene que ser, y conseguimos finalmente superar el paredón inmenso que nos separaba del portillo de Unanu (1.405 m), una amplia meseta herbosa a cuya izquierda se encuentra la punta del Ihurbain y a cuya derecha divisamos ya con total claridad la ermita de San Donato, en la cima del Beriain.

Una vez llegados al borde superior de esta sierra decidimos dirigirnos primero hacia el Ihurbain, para lo cual giramos a la izquierda, dirección oeste y, tras caminar primero por hierba y atravesar después un lapiaz que se encuentra pegado a la arista cimera, alcanzamos la cima del Ihurbain (1.420 m), punto extremo de la meseta desde el cual podemos disfrutar de una espectacular vista aérea sobre la Sakana. Un buzón metálico colocado allí por el Baskonia M.T. en julio de 2002 nos recibe en la cumbre.

En la cima del Ihurbain

Tras unas fotos de rigor que den fe de que hemos pasado por allí, algunos continúan caminando por la arista movidos por la curiosidad de ver de cerca el canal que se abre como una profunda herida en el espolón oeste del Ihurbain. Mientras tanto, otros, menos curiosos ellos, esperan junto al buzón del Ihurbain el regreso de los demás.

En la ermita de San Donato

Y, una vez reunidos de nuevo, retomamos nuestros pasos y nos dirigimos hacia la ermita de San Donato, que se sitúa junto a la cumbre del Beriain, adonde llegamos, después de superar un pequeño repecho final, justo a la hora apropiada para comer. Las vistas que pueden contemplarse desde allí compensan todo el esfuerzo realizado: montes que ya hemos visitado en otras ocasiones, como Peña Izaga, San Cristóbal, Moncayo, Aratz, Aizkorri … Y otros muchos que nos están esperando todavía.

Y tras degustar nuestras viandas junto a la ermita, nos dirigimos hacia el buzón y el vértice geodésico del Beriain (1.492 m), desde donde podemos seguir disfrutando de una amplia y espléndida panorámica que se abre en todas las direcciones: desde las cumbres atlánticas a los montes de la Ribera Navarra, y desde las lejanas montañas de la Cordillera Ibérica hasta las remotas cumbres de Pirineos, hoy resplandecientemente nevadas.

En la cumbre del Beriain

Y, tras disfrutar de esta agradable jornada montañera, emprendemos el regreso a Unanu siguiendo el mismo camino por el que habíamos venido. Pero todavía nos esperaba antes de llegar al pueblo un regalo inesperado: los colores rojizos y anaranjados del atardecer abrazando con dulzura las duras paredes rocosas del Ihurbain. Un espectáculo impresionante muy difícil de olvidar.

Beriain al atardecer

20 de noviembre del 2011

DATOS DE LA RUTA:

 

 

 

 

 

ACCESO: Desde Pagomakurre al cual se llega desde Areatza (Bizkaia)

DESNIVEL: 456 m

TIEMPO : 4 h 25 min en total

DIFICULTAD: Media

DISTANCIA: 8,2 KM

Cuando llegamos a Pagomakurre el cielo se presenta totalmente cubierto, Lekanda, Gorbea y Aldamín están envueltos en la niebla, un vigoroso y frío viento del sur, que mueve las copas de los árboles, nos saluda cuando salimos de los coches haciendo que la sensación térmica sea bastante fría, así que todos nos abrigarnos un poco. A pesar de las bajas de última, nos hemos reunido un nutrido grupo de familias dispuestas a desafiar las inclemencias meteorológicas, aunque esperamos que no sean muy severas, y saldar nuestra pequeña cuanta pendiente con el altivo Peña Lekanda, uno de los vértices del entramado kárstico de Itxina y que por su ubicación, alejada de la Cruz, le ha otorgado una marcada personalidad, hasta convertirse en uno de los grandes referentes montañeros del Parque Natural.

DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:

Iniciando el camino

Tras los preparativos de rigor, comenzamos la ruta por la misma pista por la que hemos subido en coche, siguiendo la ruta más habitual para alcanzar la cumbre del Gorbea y que se dirige a las incomparables campas de Arraba rodeando precisamente nuestro objetivo de hoy; Peña lekanda. Siguiendo esta pista, vamos ganando altura con comodidad disfrutando de unas preciosas vistas del Parque Natural de Urkiola y del valle de Arratia, mientras el grupo, irremediablemente se va estirando.

Al llegar a “Arrabakoate” (la puerta de Arraba) hacemos una parada junto a un poste de señales. Lamentablemente las cumbres más altas de Itxina estáncubiertas por la niebla y no podemos disfrutar en todo su esplendor de este magnífico paisaje, que aun así, sigue siendo incomparable. Una vez reagrupados, tomamos rumbo NO hacia el paso de Igalerantz, obviando las señales que nos indican la dirección para ir hacia Kargaleku y hacia Gorbea respectivamente. Desde nuestra posición es fácil adivinar donde se encuentra el citado paso ya que es el único “punto débil” que presenta la muralla caliza que tenemos en frente, hacia allí, por tanto, dirigimos nuestros pasos

Hacia Igalerantz

Después de Igarelantz

apurando los cómodos prados de Arraba antes de entrar en el laberinto kárstico de Itxina y de su omnipresente roca caliza.

Superamos el paso de Igalerantz sin dificultades mientras la niebla se va apoderando de este magnífico paisaje. Tras este paso llegamos a una hoya rocosa y siguiendo de frente, por sedero evidente, superamos un segundo “escalón rocoso”, poniendo cuidado ya que la roca está mojada y por tanto resbaladiza y desembocamos en una pequeña campa salpicada de rocas y rodeada de hayas. La niebla definitivamente se ha hecho dueña del paisaje y será nuestra compañera hasta que salgamos de este laberinto kárstico, de este modo volvemos a parar para reagruparnos y evitar que nadie se pierda. En este punto conviene estar atentos, continuamos de frente y unos 20 metros antes de las ruinas de una borda que queda a nuestra derecha hay que girar ENE (derecha) cogiendo un sendero bien pisado y marcado con un hito pero que es fácil que pase inadvertido sino se presta atención, siguiendo este sendero profusamente marcado con hitos y por terreno mixto de piedra y roca superamos los últimos metros de desnivel y hollamos la cumbre del Peña Lekanda (1.302 m) envueltos en la niebla y azotados por el fuerte y frío viento del sur.

En la cima

Desgraciadamente, no podemos disfrutar de las magníficas vistas que esta cima posee, sin embargo, estamos contentos porque hoy todos los componentes del grupo, que no somos pocos, hemos hecho cima. Tras organizarnos un poco para poder hacer algunas fotos, volvemos sobre nuestros pasos y unos metros más abajo en un lugar protegido del viento, paramos para hacer nuestro habitual tentempié, como siempre la diversidad de alimentos es asombrosa y todos disfrutamos de este merecido aperitivo.

Aunque aún es pronto y nos daría tiempo a completar el día atravesando Itxina o visitando Neberabarri, como en un principio habíamos contemplado, estimamos que dado que el tiempo no acompaña demasiado es mejor volver por donde hemos venido y comer en Pagomakurre aprovechando que allí hay mesas, hará mejor temperatura y estaremos más cómodos. De esta forma iniciamos el camino descendiendo por el entramado rocoso de este precioso monte.

Bañandose en las hojas

Ayudando a la herida

Cuando llegamos de nuevo al paso de Igalerantz y antes de pasarlo, algunos miembros de Menditxiki comienzan a jugar con las hojas secas que las hayas han ido depositando entre las rocas, “bañándose” y provocando “tormentas” con ellas. Todo es muy divertido y aparentemente carente de riesgos. Sin embrago, estas hojas en terrenos rocosos, de vez en cuando, juegan malas pasadas y así es. Una de las componentes del grupo al pisar las hojas que están sobre la roca caliza y junto a una pendiente, se resbala y cae unos metros golpeándose y torciéndose una rodilla. En seguida nos damos cuenta que se ha hecho daño así que comenzamos a valorar la situación. Tras unos momentos de confusión vemos que la lesión no es grave pero sí dolorosa. Como somos previsores en nuestras mochilas hay de todo, analgésicos, vendas, pomadas…, le aplicamos un poco de pomada para aliviar el dolor en la rodilla y ayudándola un poco sobre todo en el paso de Igalerantz, continuamos el descenso

Llegados a las campas de Arraba, la herida se niega a recibir ayuda y baja apoyada en dos bastones, eso sí, algunos la rodeamos e insistimos en ayudarla. A medida que vamos avanzando y que su rodilla se queda fría, se hace evidente que la bajada se la va a hacer muy larga y penosa. Vista la situación, paramos de nuevo junto al poste de señales de Arrabakoate y decidimos que lo mejor es bajar a por un coche a Pagomakurre y subir con él para recoger a la víctima aprovechando que justo hasta este punto donde ahora nos encontramos, se puede subir en coche. De este modo dos de los integrantes bajan rápido a por un coche, otros dos se quedan con la herida para hacerle compañía y el resto bajan tranquilamente al parking

Mientras, el día ha ido mejorando y ahora las nubes solo tapan las cimas más altas, incluso en algún momento podemos contemplar la cima de Peña Lekanda. También podemos admirar, bañadas por el sol, las cumbres de Errialtabaso, Leungana, Untxillatz, Mugarra… con increíble nitidez. Finalmente llega el coche, recoge a la herida y retornamos a Pagomakurre, ella y su familia se vuelven a casa y el resto nos acercamos a las mesas para comer, que ya va siendo hora.

Jugando

¡Qué te cojo!

Después de una agradable y como siempre variada comida, organizamos una sokatira y jugamos al pañuelito para combatir el frío que se ha apoderado de nuestros cuerpos. Niños y no tan niños lo pasamos en grande y todos mostramos nuestro espíritu más competitivo. En fin a pesar de que el tiempo no ha sido todo lo agradable que hubiésemos deseado, hemos caminado, conversado, reído y sobre todo hemos disfrutado a tope un domingo más.

Ya a la noche, confirmamos que nuestra compañera no tiene nada grave y que su rodilla se recuperará con un poco de reposo y mucho cariño de sus hijos y de su esposo.