Archivo de septiembre de 2012
Domingo, 30 de septiembre del 2012
DATOS DE LA RUTA:
Dificultad: Media-Baja
Tiempo estimado: 3 h 30′
Desnivel: 430 metros.
Distancia aproximada: 10 km.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Esta corta pero bonita ruta comienza una vez que cruzamos el puente sobre el río Oja, y nos encontramos, de frente la antigua estación de tren de Ezcaray, ahora convertida en bar restaurante.
Al lado de la estación hay un aparcamiento donde poder dejar los coches. Comenzamos a caminar y a unos metros, coincidiendo con el final de la valla del parque que tenemos a la derecha, encontramos un cartel indicador del GR-93 con la descripción de la etapa Ezcaray – San Millán. El camino, amplio e inconfundible, está marcado con las señales del GR, blancas y rojas.
Cuando llevamos recorridos unos metros encontramos una bifurcación, tomamos el camino de la derecha que se encuentra bordeado por unas huertas. Más adelante encontramos un paso canadiense y una bifurcación, donde tomamos el camino señalado por las marcas, que se encuentra a la izquierda.
Vamos tomando altura poco a poco hasta llegar a Turza, un bonito pueblo semi-abandonado, donde hay alguna casa rehabilitada con placas solares. Ascendemos por las calles de esta hermosa aldea de montaña, siguiendo las señales del GR. No tardaremos en dejar a la izquierda la pequeña ermita del pueblo.Salimos del pueblo por la parte alta, más adelante y justo cuando encontremos a nuestra
derecha una valla con un portón de traviesas de madera, es el momento de abandonar la GR que se dirige a San Millan y continuar todo recto por una amplia pista bien visible que nos ofrece unas preciosas vistas del valle y que nos llevará al refugio de Bonicaparra, al que no tardaremos en llegar.
Alcanzamos el refugio cruzando una amplia pista asfaltada y nos encontramos de frente con el refugio, habilitado con mesas, asadores y una fuente.
Dentro encontramos a un par de montañeros que han encendido la chimenea y se disponen a preparar la comida. Los niños participan alimentando la hoguera.
Tras reponer fuerzas y terminar la comida con un café calentito, renaudamos el camino a Ezcaray antes de que el frío cale en nuestros huesos. El camino de vuelta lo hacemos tomando la amplia pista asfaltada que está al lado del refugio y nos lleva al collado de Sagastia. Avanzamos por la pista hasta que encontramos una gran curva muy cerrada de la que sale un amplio camino hacia la izquierda, y nos desviamos con él hasta llegar al collado Sagastia.
Una vez en lo alto del collado, vemos que a nuestra derecha las marcas rojas y blancas del GR que desciende hasta Ezcaray, seguimos las marcas de la GR 190. Vamos descendiendo a la vez que nos internamos en un hermoso bosque de hayas, al final del cual nos encontramos con unos escalones que llevan a una pista asfaltada, en ese momento nos fijamos en unos nidos de cucos que cuelgan de unos altos pinos.
Una vez que cruzamos la pista asfaltada, continuamos por el GR hasta que al final de la ruta nos encontramos
con el cartel indicativo de la Ruta Valvanera – Ezcaray, una carretera al final del camino y de frente el lecho del río Oja, vacío y seco, como nunca debe estar un río.
Un precioso paseo que estando tan cerca de Ezcaray nos lleva a creer que estamos a kilómetros de la civilización.
Domingo, 30 de septiembre de 2012
DATOS DE LA RUTA:
ACCESO: Ermita de San Cosme y San Damián, situada a unos 360 m. de altitud dentro del término municipal de Galdames (Bizkaia). Para llegar a esta ermita desde Bilbao nos dirigimos a San Pedro de Galdames, continuamos por la BI-3632 y tomamos el desvío a Güeñes. Inmediatamente después de pasar el kilómetro 25 nos incorporamos a la BI-3631 y continuamos adelante dejando atrás el barrio de Umaran. Unos metros después de pasar junto al kilómetro 24 de la citada carretera tomamos un desvío a la izquierda en cuyo inicio un cartel nos indica la dirección a la ermita de San Cosme/San Damián. Circulamos ahora por una pista cementada que nos conduce al barrio de Amabizkargoitia, el cual cruzamos para encontrarnos poco después con una bifurcación. Allí obviamos el carril de la izquierda y continuamos de frente siguiendo un cartel que indica “Arbori-Eretza”. Unos metros más adelante tomamos un desvío a la izquierda que nos deposita en una amplia explanada situada junto a la ermita de San Cosme y San Adrián, lugar en el que es posible aparcar los coches.
DESNIVEL: 557 m.
TIEMPO APROXIMADO: 2 h 15 min (1h 30 min. de ascensión).
KILÓMETROS: 6´49 km.
DIFICULTAD: Fácil.
El Eretza (887 m), la cumbre más elevada del macizo de Grumerán, es uno de los montes más emblemáticos y conocidos de la provincia de Bizkaia. A pesar de su modesta altitud, tiene el Eretza una fama –quizás justificada– de monte duro debido a los fuertes desniveles que es preciso sortear desde sus accesos más habituales (Sodupe, Zaramillo, El Regato y Cruces). Especialmente dura es la ascensión por su cara noreste, siguiendo la ruta que marca el conocido cortafuegos que atraviesa esta vertiente. No obstante, nosotros obviaremos estos recorridos e iniciaremos la marcha junto a la ermita de San Cosme y San Damián, en Galdames, lugar desde se accede con facilidad a la cima del Eretza, una privilegiada atalaya con magníficas vistas sobre los montes de la provincia.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Mientras una gran parte de los miembros de Menditxiki disfruta del fin de semana en un albergue de Ezkaray, algunos de los pocos que nos hemos quedado por tierras vizcaínas decidimos aprovechar la mañana del domingo para subir a uno de los montes más conocidos y emblemáticos de Bizkaia: el Eretza.
No es –quizás– el día más propicio para iniciar esta ascensión, teniendo en cuenta que una fina cortina de agua seguida de una fuerte lluvia nos ha perseguido durante todo el trayecto en coche desde que hemos salido de casa. Pero, sin amedrentarnos ni por un segundo, nos dirigimos decididos a la ermita de San Roque y San Damián, una bonita construcción que, restaurada por los vecinos en 2004, se encuentra rodeada de un hermoso encinar en cuyas inmediaciones se ha habilitado una amplia explanada de cemento que sirve de aparcamiento.
Tras calzarnos las botas, colocarnos las mochilas a la espalda y desplegar los paraguas, iniciamos la marcha por una pista cementada que sale del mismo parking y asciende, dirección norte, por zona arbolada. Pronto desaparece el cemento para dar paso a un sendero de tierra que asciende describiendo amplias zetas en medio de un exuberante bosque formado por pinos, avellanos, robles y hayas. El tronco de un árbol caído nos corta el sendero por el que caminamos, pero lo sorteamos pasando por encima de él y seguimos adelante.
Desembocamos así en una pista de gravilla y continuamos por la derecha hasta llegar a un cruce. El vial que desciende, situado a la derecha de la bifurcación, conduce al barrio galdamés de Amabizkargoitia, por lo que nosotros continuamos por la izquierda ganando altura poco a poco. Cruzamos después un portillo hecho de troncos y alambre, dejamos el bosque atrás y continuamos adelante dirección norte, mientras contemplamos a nuestra izquierda el Ubieta y todos los montes de su alrededor.
Unos metros después, al llegar junto a un caserío, la pista por la que caminamos describe un brusco giro de 360 grados y desaparece para convertirse en un sendero de tierra que avanza entre helechos dirección sur. Y nos encontramos con un nuevo obstáculo en el camino: alguien ha cortado la senda con un cercado, posiblemente para impedir el paso al ganado. Lo bordeamos por la izquierda y nos reincorporamos al sendero por el que subíamos hasta llegar a una pista. La cruzamos y continuamos de frente abriéndonos paso por una estrecha senda de tierra que las zarzas, helechos y endrinas amenazan con cerrar, hasta que dicha senda nos deposita, tras cruzar una alambrada por un paso habilitado para ello, en el camino que sube de Sodupe.
A partir de este momento, la tierra se alterna con la roca y nos encontramos con las primeras señalizaciones del día: unas marcas blancas y azules profusamente esparcidas por las blancas rocas calizas, las cuales nos conducen hasta el refugio de la Berenilla, situado a unos 500 metros de la cima del Eretza y perteneciente al ayuntamiento de Güeñes. Enfrente de nosotros se alza ya la ladera herbosa franqueada por pinos que conduce al Eretza. Y hacia ella dirigimos nuestros pasos.
Y, tras sortear los tres empinados repechos de esta ladera de hierba, alcanzamos la cumbre del Eretza, coronada por un vértice geodésico, una gran estela, una placa en recuerdo de un montañero fallecido y un pequeño buzón. Hace ya mucho tiempo que ha dejado de llover y el sol empieza a asomar tímidamente entre las nubes.
Impresionantes son las vistas desde la cima e impresionante es contemplar desde el corte de la vertiente este el espectacular cortafuegos enmarcado por plantaciones de cipreses que sube desde Laquadra y por el que nos ha costado sudores ascender en más de una ocasión.
Unas fotos en la cima, un pequeño descanso e iniciamos el descenso hacia el refugio de la Berenilla con la intención de comer en la amplia zona habilitada como merendero situada en la parte trasera del refugio.
Después de comer tranquilamente al socaire iniciamos el descenso siguiendo, inicialmente, el mismo camino por el que habíamos subido. Y digo inicialmente porque, después de llegar al caserío situado al final del sendero, continuamos descendiendo por la pista sin tomar la senda por el que habíamos ascendido y llegamos así poco después al collado de Arbori. Allí, en lugar de tomar la pista situada a nuestra izquierda, la cual conduce a Sodupe, continuamos por la pista hormigonada que gira a la derecha, la cual nos conduce sin ningún contratiempo hasta el lugar donde habíamos dejado los coches. Ha sido una excursión corta pero interesante que nos ha dado a algunos la posibilidad de ascender al Eretza una vez más pero siguiendo un itinerario distinto al de veces anteriores.
PERFIL DEL RECORRIDO REALIZADO:
RUTA EN WIKILOC:
Domingo 23 de septiembre del 2012
DATOS DE LA RUTA:
Acceso: Desde la localidad de Añes, perteneciente a ayuntamiento de Ayala (Alava)
Desnivel: 700 m
Distancia: 13 km hasta el Eskutxi, 5 km más al Ungino,
Dificultad: Media
Sierra Salvada es un impresionante macizo con una longitud de 10 km y varias son las cimas que componen esta planicie, entre ellos están el Aro, Tologorri, Castro Grande, Diente del Ahorcado o Pico del Fraile, Ungino y el más alto de toda la meseta: el Eskutxi (1.180 m).
Desde la lejanía impresionan sus espectaculares desniveles. Buen número de estos itinerarios eran usados para ascender cuando el medio de transporte habitual eran los carros a yuntas.
Casi todos estos caminos tienen destino en apenas media docena de accesos a la meseta y nosotros cruzaremos por el Portillo del Aro hasta el Eskutxi
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO REALIZADO:
Quedamos en Añes y una vez hemos llegado todos, cogemos los coches y ascendemos 1,2 km, por la pista que va dirección sur.
Junto a un paso canadiense, en el cual hay una señal de prohibido circular a mas de 20 km/hora, dejamos los coches aparcados y los 27 mendizaleak que hemos acudido hoy, nos preparamos. Cada uno con sus cosas y abundante agua, cruzamos el paso canadiense y, justo después, giramos hacia la derecha por un sendero de tierra evitando así parte de la pista de cemento que sube.
A unos 20m de haber girado, lo volvemos hacer pero, esta vez hacia la izquierda. Así caminamos por un sendero unos metros más, sorteando la abundante vegetación de espinos. En una pequeña elevación del terreno nos topamos con otro camino que cruza y en el que nosotros volvemos a girar a la izquierda. Llaneamos y, cuando el camino parece cerrarse, enfilamos monte a través hacia arriba entre el bosque. Iremos ganando altura, siempre paralelos a la senda que traíamos que nos llevará a la pista principal que viene de Añes.
Reagrupación y seguimos ascendiendo, ahora por un camino mucho más ancho y transitado por bastantes todoterrenos. Esta
pista se nos antoja un poco dura, digo poco, eh!! que para nosotros creo que ya nada es duro. Ni siquiera para los dos aitas que cargan con sus bebes en la mochila.
Como decía, poco a poco, la ascensión se dificulta por los pequeños repechos que tiene el camino, pero que nosotros vamos sorteando tranquilos y sin prisas. Cuando ya vemos asomar la gran roca del monte Aro a nuestra izquierda, me parece que ya nos quedará poco pero, ¡qué ilusa soy!, aún queda lo peor. Las grandes pendientes siguen asomando y nos dan poca tregua hasta que llegamos al Portillo del Aro. Ya en el portillo hacemos una pequeña parada para descansar y tomar algún alimento que nos ayude a reponer fuerzas.
Aquí hago también un inciso para contaros que, una vez cruzado el portillo, nos encontraremos un arco-altar en honor a San
Vitores. El sacerdote Vitores nació en Cerezo del Río Tirón en el siglo VIII. Coincidiendo con un periodo de represión musulmana, vivió 7 años de eremita en una cueva. Al salir predicó por los pueblos el cristianismo convirtiendo a varios musulmanes a al catolicismo. Esto molestó a los altos cargos musulmanes y fue mandado ejecutar.
San Vitores es representado con la cabeza en sus manos haciendo alusión a su martirio y cuentan que, una vez decapitado, cogió su cabeza y se fue andando al pueblo de Oña. Los verdugos que le decapitaron se convirtieron al cristianismo inmediatamente.
Después del descanso, seguimos dirección Noreste por un camino bien marcado. A unos 400m abandonamos la pista girando a la izquierda y caminando entre piedras dirección al precipicio de la meseta. No, no nos queremos “accidentar”, lo que queremos es llegar al borde y caminar paralelos al despeñadero para poder disfrutar de las vistas. Con mucho cuidado nos acercamos al precipicio, agachándonos y arrastrándonos para que no nos lleve el fuerte viento que, a partir de ahora, nos va acompañar. Terminadas las contemplaciones del lugar, que son muchas, seguimos hacia el Eskutxi dejando el abismo a nuestra izquierda. Así llegamos al buzón y rápidamente nos hacemos una foto, (el viento sopla con fuerza), para volver a uno de tantas hondonadas que hay en la zona y en una de las cuales se han quedado dos familias que nos esperan para comer.
Cuatro compañeros deciden recorrer los 2,5 km, aprox, que separan el Eskutxi del Ungino por lo que, de momento nos separamos. Ellos hacia el Ungino y
los demás a comer. Los que van al Ungino podrán disfrutar de las vistas del ojo de este monte. Un gran agujero natural insertado en medio de esa mole de roca. Uno de ellos también se acerca a visitar la famosa cueva del Ungino. No ha podido precisar cuan profunda es, pues no iba preparado para investigarla.
Tras la comida, tres de los componentes del grupo, quieren ir al monte Aro. Sin pensarlo mucho, se ponen a caminar los 2 km, ida y vuelta que separan al Aro de donde estamos.
Mientras, los demás hacemos una buena sobremesa con dulces, cafés y demás viandas. Es qué nos cuidamos muy bien!!!!
Poco a poco van llegando los “desperdigados”, lo que han ido al Ungino y los que han ido al Aro y todos juntos hacemos el camino de regreso hacia los coches.
Volvemos a cruzar el portillo del Aro y, esta vez, recorremos toda la pista de cemento hasta los coches, evitando adent
rarnos en el bosque como hemos hecho en la subida. Solo hay un cruce en la carretera, en ese cruce hay que girar a la izquierda para llegar sin problemas a lugar de inicio de la ruta.
En los coches, unos deciden irse a su casa y otros vamos a terminar la jornada en Artzeniaga tomando un refresco.
El viento nos ha azotado en la cima, en la bajada también, nos ha recordado que es fuerte trayéndonos piedrillas, las cuales azotaban nuestras piernas, sin mas protección que la de la piel. Pensábamos que podíamos mojarnos pero hemos tenido suerte y justo cuando estábamos en el bar comenzó a llover con intensidad.
Otro gran día de monte, buen tiempo, buen recorrido, bonito lugar y por supuesto buena compañía.