Archivo de octubre de 2015
DOMINGO 25 DE OCTUBRE DE 2015
Este día nos hemos reunido el grupo para realizar la ascensión al conocido monte Eretza desde la localidad vizcaina de Sodupe.
El Eretza (887 m), la cumbre más elevada del macizo de Grumerán, es uno de los montes más emblemáticos y conocidos de la provincia de Bizkaia. A pesar de su modesta altitud, tiene el Eretza una fama –quizás justificada– de monte duro debido a los fuertes desniveles que es preciso sortear desde sus accesos más habituales (Sodupe, Zaramillo, El Regato y Cruces).
La ruta a realizar va a ser larga y casi continuamente en ascenso, pero se va a intentar.
Una vez aparcados los vehículos, arranca la ruta sobre hormigón, con unas pendientes que sin calentar se atragantan un poco.
Vamos subiendo entre pinos y castaños (nos encontramos con erizos por el suelo), hasta pasar por el barrio de Unzar
Vamos alternando hormigón con tierra en continua subida, que relaja en algunos puntos la pendiente.
Pasamos por la ermita de San Bartolome, en el barrio de Lejartza..
Avanzamos entre eucaliptos en algunos tramos,…
Continuamos. Para ello, vamos por donde indica el letrero y tomamos un desvío a la derecha.
Este nuevo camino, de tierra ahora, va ascendiendo en zig-zag.
Tomando un poco de aire,…
Llegamos al refugio,…
Y desde ahí, tomamos impulso y acometemos la subida de las últimas rampas hasta el Eretza.
Desde el refugio, nos dirigimos campo a través, con la referencia del pinar a nuestra derecha. Y tras las duras rampas alcanzamos por fin la cima.
Las vistas son preciosas aunque la niebla que hay en ese momento no lo deja ver con claridad.
Tras las fotos en la cumbre iniciamos el descenso y paramos en el refugio a descansar y comer tras el esfuerzo realizado.
Dejamos una tarjeta rellenada con los nombres de los txikis en el buzón y algún montañero la ha remitido a Menditxiki.
Enhorabuena a todos porque no fue una ruta fácil.
Domingo 18 de octubre de 2015
A pesar de que no se habían apuntado muchas familias, y a alguna baja de última hora, el grupo de “menditxikiteros” salió puntual desde el punto de reunión, el parking de Pagomakurre.
Al comenzar la marcha cayeron una pocas gotas que nos hacían temer lo peor, pero antes de llegar a las Campas de Arraba el cielo despejó y la temperatura era perfecta para alcanzar nuestro objetivo, la cima del Aldamin, y eso se notaba también en la cantidad de gente que nos encontramos por el camino.
Aldamin es el gran olvidado de los montes del Parque Natural de Gorbeia, a pesar de ser el segundo monte más alto de Bizkaia, y el primero que tiene su cima íntegramente en territorio bizkaino. Se trata de un monte sin ninguna complicación salvo el desnivel que hay que salvar
El camino es cómodo, desde Arraba seguimos el mismo camino que lleva a la Cruz de Gorbea, pasando por Egiriñao.
Antes de alcanzar el collado que separa Aldamin y Gorbea, hacemos una parada para descansar, comer un poco y esperar lo más rezagados. La cuesta “cuesta”.
Tras el descanso, en pocos minutos llegamos al collado. Aquí comprobamos porqué el Aldamin es el gran olvidado, todo el mundo se desvía hacía la derecha para alcanzar la cruz, y Menditxi a la izquierda, para llevar la contraria.
Tras cinco minutos trepando entre rocas alcanzamos nuestro objetivo. Como es tradición los niños/as pusieron su piedra en el túmulo que hay junto los buzones. Las vistas son espectaculares, mejores incuso que si hubiéramos subido a la Cruz del Gorbeia.
Después de comer en la misma cima comenzamos a bajar tranquilamente por el mismo camino hasta llegar a los coches donde nos despedimos hasta la próxima salida.
Domingo 6 de octubre de 2015
Hoy nos hemos despertado con tiempo lluvioso. Aunque inicialmente teníamos previsto ir a Valderejo, ante las malas previsiones meteorológicas optamos por un destino más cercano: el Jesuri, en tierras de Orozko. El monte está cerca de la ermita y refugio de Santa María de Arrola, adonde iremos más tarde. Así que llegamos y aparcamos los coches junto al cementerio del barrio de Donibane. Llueve a pesar de que habían anunciado que por la mañana haría un tiempo decente y la lluvia vendría por la tarde. Pues no. Justo al revés.
Partiendo de dicho barrio, nos encontramos con una casa de agroturismo y, un poco más adelante, con un letrero que nos informa de que, para llegar a Santa María de Arrola, tenemos que tirar por la izquierda. Así lo hacemos y vamos subiendo entre barrios de bellos caseríos y frondosas arboledas.
Al cabo de una hora y pico llegamos a una fuente de agua ferruginosa. La lluvia ha cesado aunque ya desde aquí se oyen las fuertes rachas de viento que nos esperan en la cima.
Y así, poco a poco, llegamos a un collado. A la izquierda están la ermita y refugio de Santa María de Arrola. A la derecha, el Jesuri, hacia donde nos dirigimos.
Con el Jesuri al fondo, vamos ascendiendo.
Una bonita cuesta herbosa y ya casi estamos.
La cumbre al alcance de la mano.
Los dos buzones del Jesuri. Al fondo, el valle de Aiara.
Hace un viento endiablado, por lo que aguantamos en la cumbre lo justo para la foto de familia.
Y rápidamente emprendemos el descenso desafiando la furia de Eolo. Al fondo, a la izquierda, junto a la antena, se encuentran la ermita y el refugio de Santa María de Arrola. Y allí nos dirigimos.
Y este es el buzón del Arrola, delante del refugio perfectamente acondicionado donde daremos buena cuenta del papeo que nos hemos ganado a pulso. Al fondo, el valle de Orozko con el macizo de Gorbeia en primer plano y Anboto y compañía a la izquierda.
Comidos y servidos, salimos del refugio y emprendemos la bajada. Al fondo, el Jesuri nos observa.
Y con su permiso, emprendemos el camino de regreso. Al final, un día que presagiaba agua y tiempo desapacible, se ha convertido en una agradable jornada donde no ha faltado el fuerte viento que, sin embargo, no nos ha impedido lograr nuestro objetivo.