Archivo de noviembre de 2017
DOMINGO 26 DE NOVIEMBRE DE 2017
Los Montes de Triano o Grumeran se encuentran situados en la zona de las Encartaciones, cuna de la zona minera de Bizkaia, en un entorno geográfico rico en yacimientos de mineral de hierro cuya explotación desde principios del siglo XIX constituyó un factor decisivo para el despegue industrial de la zona, al mismo tiempo que originó un terrible impacto medioambiental que se saldó con la destrucción de los ecosistemas existentes y la formación de un paisaje único e irrepetible. Hoy en día los innegables valores paisajísticos, culturales y naturales de esta zona han propiciado que se haya solicitado su declaración como Biotopo Protegido.
El Centro de Interpretación de Peñas Negras es un buen punto de partida para conocer los montes de la zona. Desde esta especie de museo al aire libre dedicado a la minería nos acercaremos a el Pico de la Cruz (802 m)
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA REALIZADA:
Hoy, a pesar de haber amanecido con el cielo gris, lluvia y niebla, un grupo numeroso de miembros de Menditxiki nos hemos reunido para realizar la ruta programada.
La lluvia nos ha acompañado todo el rato, pero no ha impedido que ascendiéramos a las cimas previstas. Con chubasqueros, guantes, buffs y paraguas el ritmo ha sido excelente y hemos ido el grupo muy junto sin realizar apenas descansos.
Tras dejar los coches aparcados en una explanada situada enfrente del Centro de Interpretación Ambiental de Peñas Negras (461 m), hemos iniciado el recorrido.
Avanzamos unos metros por la carretera hasta un cruce con un panel informativo que desde el primer momento tenemos a la vista. Por la izquierda del cartel tomamos un sendero a través del cual iniciamos la ruta, siempre en ligera subida.
Por esta pista iremos faldeando el Pico Mayor, que tenemos a la derecha, en un trayecto un pelín monótono. En este tramo vamos dejando varios desvíos.
Llegamos así al collado de LA BRENA (también llamado La Breña o incluso La Arena), una encrucijada de caminos que surgen en diversas direcciones. Tenemos que seguir el sendero que asciende en línea recta según hemos llegado, y en unos pocos metros abandonarlo por la derecha para tomar un camino herboso.
Casi de golpe, la ruta nos introduce en el cipresal, encontrándonos en un entorno sombrío y cada vez más caótico, con troncos abatidos y cruzados sobre un camino que va siendo menos visible.
Accedemos finalmente al alto, donde contemplamos ya por la derecha el cercano Pico de la Cruz. Hay que seguir ahora por esta loma verde, primero llaneando por una senda bien marcada, y luego en ligero descenso, para llegar a la base del lapiaz.
Para alcanzar la cumbre, empezamos por introducirnos en una estrecha canal, una brecha de un par de metros de altura, que hay que pasar de costado. Encontramos después algún pequeño tramo de tierra que podemos aprovechar, y lo demás es trepar, y utilizando las manos, buscando las zonas menos abruptas.
Aunque la primera vista del roquedo puede impresionar, la verdad es que la ascensión –por lo demás, muy cortita- no resulta difícil , de no ser que encontremos la roca mojada o niebla, lo que puede ser algo más más problemático, en especial al bajar (como ha ocurrido hoy que la piedra estaba mojada).
Superados los últimos escarpes, llegamos a la cima (PICO DE LA CRUZ, 803 m.) donde, junto a la cruz (al parecer, réplica de la del Gorbea), hay un buzón con forma de vagón o funicular, y otro algo más alejado.
De nuevo en las campas, volvemos por el mismo sitio pero en el descenso nos desviamos a la derecha en un claro donde accedemos a la segunda cima del día: GASTERANTZ (801 m., es decir, dos menos que el anterior, aunque el perfil no lo refleje bien). La despejada cumbre cuenta con un buzón con forma de cohete y buenas vistas hacia el Sur y Este.
La vuelta es rápida ya que al no parar apenas de llover y no haber ningún refugio donde cobijarnos debemos bajar hasta donde hemos dejado los coches donde comemos ya resguardados de la lluvia y descansamos un ratito después del esfuerzo realizado.
DOMINGO 5 DE NOVIEMBRE DE 2012
La excursión de este domingo ha girado por las tierras del valle de Aiara, en Araba. Hemos partido de la calle Etxegoien, en la parte alta de Amurrio, justo donde acaban las últimas casas del pueblo, y nos hemos dirigido hacia el barrio del mismo nombre desde donde parte una pista hacia el barrio de Mendeika, situado entre los montes Babio y Burubio. Los pocos que nos hemos reunido hoy hemos dejado atrás las últimas casas de Amurrio y hemos avanzado entre prados hacia el barrio de Etxegoien.
Pasado el barrio hemos tomado la pista de tierra (bastante embarrada en algunos tramos) que se dirige a Mendeika.Baseliza
Llegados a Mendeika, justo tras pasar el lavadero, hemos tomado una pronunciada curva a la derecha para enfilar la subida hacia Babio. Al fondo aparece el Tologorri, aunque lo veremos más nítidamente en la ascensión al Burubio.
Subimos pues por agradable pista hacia el primer objetivo del día.
Y en cosa de media hora llegamos a la cima de Babio con su particular buzón que representa a un montañero a tamaño natural.
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Vamos descendiendo hacia Mendeika. A la izquierda divisamos nuestro próximo objetivo: el monte Burubio.
Llegados a Mendeika, tomamos la dirección opuesta y subimos en agradable paseo hacia la segunda cima del día. Al fondo, ya bien visible, el Tologorri.
Para hacerse una idea de la belleza de la subida, otras dos fotos de la subida al Burubio con la Sierra Sálvada o Garobel al fondo.
Y llegamos a la cumbre con su original buzón. Está colocado por el grupo de montaña de Amurrio “Mendiko lagunak” y constituye el logotipo del club, que a su vez representa una montaña y una bota.
Comenzamos a bajar con la vista de Babio a la derecha.
Y como arrecia la lluvia, nos refugiamos a comer en el lavadero mientras contemplamos la bajada de decenas de montañeros que, al parecer, participaban en una salida con llegada y salida en Amurrio. La verdad es que hemos tenido bastante suerte con el tiempo, ya que habían anunciado lluvias persistentes. A nosotros nos ha llovido un poco en la subida a Mendeika y en la bajada de las dos cimas. Durante la ascensión a las mismas hemos disfrutado de ratos de sol que se han agradecido y que nos han permitido gozar de buenas vistas en algunos momentos. No nos podemos quejar, pues no creíamos que íbamos a poder hacer las dos cimas con la que estaba anunciada. Así que chapeau y hasta la próxima.